Con ocasión de la reciente muerte de mi hermana Paquita he recibido numerosas condolencias y oraciones por su eterno descanso, que agradezco de corazón. Al no poder corresponder personalmente a cada uno, como hubiera sido mi deseo, quiero daros las gracias a todos y manifestaros que en esta situación dolorosa vuestra cercanía me ha servido de gran ayuda espiritual y me ha reconfortado porque manifiesta nuestra fraternidad, sobre todo en la comunión eclesial donde Jesús nos une por el amor.
+ Gabino, Arzobispo emérito de Oviedo