Un futuro para los jóvenes de Matola

Publicado el 04/01/2019
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Un futuro para los jóvenes de Matola

Los donativos del arciprestazgo de Gijón a Manos Unidas han contribuido a las obras de ampliación de la escuela que hace posible el acceso a la educación en uno de los barrios más conflictivos de Mozambique  

La aportación del arciprestazgo de Gijón  en la Campaña Contra el Hambre de Manos Unidas en el 2017 ha permitido contribuir a la construcción y equipamiento de catorce nuevas salas para la educación secundaria de la Escuela “María Ana Mogas” en Mozambique. Regentada por la congregación de las Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor, el colegio se encuentra en Matola,  uno de los barrios más conflictivos de Maputo, la capital del país, y una de las escasas oportunidades que sus jóvenes tienen de formarse y poder aspirar a un futuro. Un proyecto muy concreto y práctico que beneficiará directamente a 800 alumnos.

Para entender las necesidades de este barrio se debe poner en contexto su situación en la periferia de Maputo. La mayoría de las familias que residen en él son desplazados de la guerra civil y también de las personas que sufrieron las inundaciones del año 2000. Todos ellos se fueron instalando en el barrio sin ningún tipo de planificación urbanística ni acondicionamiento, con los problemas que esto acarrea: precarias infraestructuras y saneamiento que traen consigo que se propaguen enfermedades y aumenten los problemas sociales. A estas difíciles condiciones se unen la falta de empleo regular y las escasas posibilidades de acceso a la educación por falta de plazas escolares y, en muchos casos, por lo inaccesibles que son económicamente. Factores que hacen que el barrio sufra problemas derivados de consumo de alcohol, drogas y la delincuencia a la que se ven abocados muchos de los niños y jóvenes que viven en este barrio, uno de las zonas más problemáticas de Maputo.

En esta situación el colegio de la congregación de las Hermanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor es un punto de esperanza. En su Escuela “María Ana Mogas”, abierta desde 1990, estudian 1.700 alumnos de los cursos 1º a 10º, que se organizan en dos turnos de mañana y tarde con una media de cincuenta alumnos por aula y turno. El equipo de dirección del colegio junto con sus profesores, y el apoyo de los padres, vio la necesidad de poder ampliar los estudios que se imparten en la escuela hasta los cursos 11º y 12º ya que no había centros que ofreciesen esta posibilidad. De igual modo, el edificio donde estaban instaladas tres aulas de primaria y el laboratorio amenazaba riesgo de derrumbe.

Es en ese momento cuando se solicita ayuda financiera a Manos Unidas, presentando un proyecto que incluía aumentar en catorce el número de aulas de la escuela secundaria con cuatro salas destinas a la ampliación del ciclo (11.º y 12.º cursos), otras tantas a sustituir aquellas que ya no reunían las condiciones adecuadas, biblioteca, sala de ordenadores, dos como sala de profesores, gabinete pedagógico y cantina. Esta nueva estructura permitirá acoger a 400 nuevos alumnos al año y mejorar de una manera muy práctica las condiciones de estudios de otros 400. Por tanto casi mil alumnos que podrán acceder a una adecuada educación y tener así, aún viviendo en un barrio tan desfavorecido, la posibilidad de continuar con sus estudios universitarios y poder, llegado el momento, entrar en el mercado laboral con garantías. Ellos son los beneficiarios directos de este proyecto, pero también indirectamente repercutirá de positivamente en sus familias, unas 4.000 personas, y en el resto de la comunidad. La construcción y equipamiento de las catorce nuevas salas ha supuesto un coste de 110.000 euros. La congregación se ha hecho cargo del equipamiento, gracias a las donaciones de otras escuelas de España, y ha asumido también el 62% del coste de la construcción. Manos Unidas ha completado el 38% restante del presupuesto total con los donativos de los feligreses del arciprestazgo de Gijón.

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