La Subida anual de las Familias a Covadonga se va consolidando. Este sábado, 11 de mayo, tuvo lugar, por sexto año consecutivo, la marcha organizada por la Delegación episcopal de Familia y Vida. Partiendo como en ocasiones anteriores del parking de Muñigo, el grupo, cerca de 300 padres con hijos, llegó hasta el Santuario donde se reunió en la Santa Cueva, a eso de las doce del mediodía, para realizar una ofrenda floral a la Virgen y la bendición de los niños presentes junto a la Santina.
Conscientes del gran número de niños que suelen concentrarse, la Delegación de Familia y Vida organiza siempre actividades para su entretenimiento y en esta ocasión las opciones fueron varios talleres de manualidades en familia y, tras la comida, un espectáculo de magia a cargo del Mago Serres.
La jornada finalizó con una eucaristía, presidida por el Abad de Covadonga, Adolfo Mariño, quien recordó a los presentes la importancia de «educar a los hijos en cristiano, ofreciéndoles lo que es verdaderamente importante en la vida, porque es frecuente pensar que los niños necesitan otro tipo de cosas, cuando lo que realmente necesitan es el cariño y el apoyo de sus padres». Un amor incondicional, como es el de la familia, «porque en familia a uno se le quiere por lo que es, y no por lo que tiene», recordó el Abad.