Educación para transformar la sociedad

Publicado el 28/02/2019
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Educación para transformar la sociedad

Entrevista a Sor María Nieves Fernández Núñez, directora titular del Colegio Luisa de Marillac

¿Cómo surge la idea de abrir el colegio en Miranda? 

Por una iniciativa de una persona buena como suelen ser muchas cosas, en este caso de D. Sergio que estaba soltero, no tenía herederos y se le ocurrió la feliz idea de crear un colegio para niñas pobres. Compró la casita en Miranda y se encargó de contactar con las Hijas de la Caridad en Madrid. La madre Justa envió a cuatro hermanas que en 1894 llegaron a Miranda para hacerse cargo de esa escuelita. Siempre nos hemos caracterizado por estar cerca de los más necesitados, seguramente él conocía bien el carisma de las Hijas de la Caridad.

¿Cuáles son los pilares de la educación que reciben los niños?

Intentamos educar a los alumnos para que sepan convivir, descubrir ellos mismos las necesidades de otras personas, apostar por una vida cercana a la justicia y que sean capaces de luchar por valores. Dentro de la innovación educativa hemos apostado sobre todo este último año por el aprendizaje por servicio. Está muy cercano a nuestro carisma porque es una educación por proyectos,  y este aprendizaje le da un plus que es que cuando terminan el proyecto tiene que revertir en bien de la comunidad. El año pasado, por ejemplo, hicimos una campaña con la Asociación de Donantes de Sangre para que la gente se concienciara y los chavales salieron a la calle e hicieron esa labor. Fue un éxito. Este año tenemos cuatro asociaciones, en 5.º y 6.º y 2.º y 4.º de la ESO, creadas por ellos con sus estatutos; nos está tutorizando Valnalón. Tenemos la oportunidad de crear nuestros productos, venderlos en la plaza de Avilés y con el dinero que saquemos invertirlo en un proyecto concreto. En 2.º de la ESO será de cooperación internacional porque revertirá en las Hijas de la Caridad en Guinea, en Micomisen, en un hogar que tenemos de disminuidos psíquicos. Ellas nos han mandado el proyecto para hacer talleres de música y terapia con los niños, al cambio de su moneda a la nuestra tiene un presupuesto de 200 euros y los alumnos están muy motivados porque creen que se va a lograr esa cantidad. En 4.º de la ESO lo hacen con un colegio de Colombia. Estamos apostando porque los niños sean capaces de ver una transformación de la sociedad.

¿Y cómo se deja notar el carisma de las Hijas de la Caridad?

Hemos potenciado también nuestra presencia en la pastoral y desde ahí, con acciones concretas que a los chavales les estimulen y les agraden, siempre intentamos ese contacto con Dios  para que cada uno asuma su propia fe. Tenemos una asociación cristiana que se llama Juventudes Marianas Vicencianas que es una prolongación de nuestro carisma, que muchas veces ves que cala y se crean así otras asociaciones que también lo tienen.

Cada día transmitimos en el aula nuestro carácter y es una oportunidad diaria para la evangelización, desde la clase de Matemáticas, Lengua etc. porque estás poniendo tu granito de arena para que los niños asuman que son cristianos en cualquier momento y actividad de la vida. Los niños desarrollan así todas sus capacidades y además esa trascendencia,  esa educación de la interioridad, para que sean ellos mismos los que tengan su experiencia de Dios.  Yo que he trabajado mucho en la pastoral considero que es infinitamente gratificante porque ves que eso que a ti te ha hecho inmensamente feliz que es creer en Jesucristo hace feliz también a otros.

¿Cómo es la relación con los exalumnos?

Dentro del claustro de profesores tenemos varios y además cuando hay cualquier actividad siempre aparece alguno de ellos que quiere participar: dentro de las Juventudes Marianas Vicencianas hay un grupo que viene cada semana al colegio, son ellos los que forman a los más pequeños o llevan a cabo actividades, como los campamentos en el verano. Por otro lado, la mayoría de los niños que están en el colegio se los debemos a exalumnos que nos dicen: “Yo quiero que mis hijos estudien donde yo lo hice”. Es muy agradable ver a exalumnos que están implicados socialmente desde su propia vida y trabajos, ves personas sensibles socialmente allí donde están.

¿Cómo se plantean el futuro?

Queremos seguir educando en el camino de la innovación metodológica, estando al lado de los más necesitados y apostando por la atención esmerada a la diversidad. En la actualidad hay niños que necesitan unos apoyos especiales y estamos ahí en la medida que el Principado nos concede algunas peticiones dependiendo de las necesidades de cada niño, por ejemplo en la ESO con aulas de desdoble para que en vez de ser treinta en la clase sean quince y quince y en vez de un profesor son dos, por lo que llegas más a esos niños. Tenemos alumnos con necesidades educativas especiales con apoyo de orientador, EPT, AL (especialistas en pedagogía terapéutica y audición y lenguaje):  hacemos hincapié en que las necesidades de los niños estén cubiertas.

También queremos que los alumnos sean protagonistas de su propio aprendizaje lo que les ayuda mucho y les entusiasma. En línea de esa innovación que va surgiendo en la educación y ayuda a que los alumnos estén más centrados y más felices en la escuela. Pretendemos que la educación les sirva para la vida. Somos conscientes que muchos de nuestros alumnos van a trabajar en profesiones que no están ni siquiera inventadas y hay que darles herramientas para que ellos mismos sean capaces de descubrir qué camino elegir y en qué estilo de vida moverse. En eso estamos ahora mismo empeñados.

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