Este pasado jueves se celebraba la festividad de Nuestra Señora de Lourdes, y con ella, la Jornada Mundial del Enfermo, este año bajo el lema “Cuidémonos Mutuamente”. En su mensaje para este año, el Papa Francisco destacaba la importancia de este momento para brindar “una atención especial a las personas enfermas y a quienes cuidan de ellas, tanto en los lugares destinados a su asistencia como en el seno de las familias y las comunidades”. En particular, señalaba, “a las personas que sufren en todo el mundo la pandemia del coronavirus, así como a los más pobres y marginados”.
Era un día grande para la Pastoral de la Salud en la diócesis, y también para la Hospitalidad diocesana de Lourdes, que habitualmente celebraba una eucaristía y posteriormente una comida fraternal en el Seminario. Este año la pandemia hizo que se anulase esta cita, pero aún así no quisieron dejar perder la oportunidad de celebrar juntos la eucaristía en la parroquia de San Francisco Javier en La Tenderina (Oviedo), algo que hicieron el mismo día de la fiesta, este jueves, 11 de febrero.
“Está siendo un año muy complicado”, explicaba el tesorero de la Hospitalidad de Lourdes en Asturias, Vicente Román. “Nuestra misión es sobre todo de contacto, de acompañamiento de enfermos y de gente mayor que está sola, pero este año, con la pandemia, no hemos podido hacerlo como hubiesesmos querido”, afirma. Como en tantos otros ámbitos, en la Hospitalidad han hecho gala de la creatividad y la cercanía física fue sustituida por la “virtual”, utilizando las redes sociales como Facebook, para compartir reuniones, rezar el rosario en comunidad, y también estando en contacto a través del Whatsapp. “Cuando hemos podido ir a verlos a los enfermos, que han sido muy pocas veces, lo hemos hecho, pero claro, siempre en la calle porque no podíamos entrar”, explica Vicente Román.
Un momento de la celebración de la eucaristía en la Jornada Mundial del Enfermo
Una circunstancia que sin duda influye en el ánimo de los mayores y las personas más aisladas: “están bastante mal de ánimo”, reconoce Román, “porque ellos tenían la ilusión y las ganas de ir a Lourdes este año, y desgraciadamente el año pasado ya no se pudo ir, y este año, tenemos que comunicar que tampoco podremos acudir”. “Cuando lo vayan sabiendo –añade– les dará un bajón, pero es lo que tenemos ahora mismo”.
Aún así, desde la Hospitalidad reconoce que “ha sido un año muy especial porque nos hemos intentado volcar con los enfermos en estas circunstancias, rezando por ellos, y estando especialmente pendientes de aquellos que peor estaban, para animarlos, que es lo único que podíamos hacer”.
La Hospitalidad de Lourdes está extendida por todas las diócesis españolas, siendo muy numerosa en algunas de ellas. En Asturias, pertenecen a la Hospitalidad y participan de sus actividades personas de diversos puntos de la geografía, desde Avilés hasta Luarca, Oviedo o Gijón.
