Celebración de la Sagrada Familia

Publicado el 26/12/2019
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Celebración de la Sagrada Familia

La parroquia de La Fresneda acogerá, este sábado, los actos diocesanos

El domingo la Iglesia celebra la Jornada de la Sagrada Familia y la diócesis desde hace un tiempo se une a ella centrando en una parroquia diferente cada año los actos que ayuden a festejar la familia y la importancia que esta tiene en la sociedad. En esta ocasión será la iglesia de Santa María de la Fresneda en Siero, una de las parroquias que más familias acoge, en la que, este sábado, tendrá lugar a las siete la misa presidida por el Arzobispo de Oviedo que finalizará con la bendición de los niños. Antes de la eucaristía se organizarán actividades infantiles, catequesis realizadas a partir de unos vídeos de Navidad, y tendrá lugar la conferencia del director del Centro de Orientación Familiar, José Luis Besteiro, que tiene por título “La familia en un cambio de época”. La jornada finalizará con una chocolatada para todos los presentes y la llegada del príncipe Aliatar.

Con motivo de esta jornada los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida han escrito el documento “La familia, escuela y camino de santidad”. Unas palabras que como explica José Luis Pascual, Delegado episcopal de Familia y Vida, deben leerse sin entender la santidad “como un concepto estático, que uno na-ce santo, sino que es un camino para crecer hacia una estatura y un modelo que es Jesucristo. Hace falta aprender en el camino de la santidad, al igual que se aprende a amar, y la familia es el lugar para hacerlo”.

“Esto para los padres también es fundamental porque deben revisar qué actitudes, qué virtudes, qué vicios tienen porque los niños van a aprender de ellos, siempre con los errores por supuesto que todos tenemos”, continúa, “deben ponerse de cara al Señor para que la familia sea una casa de oración, donde se educa en valores y virtudes, pero también donde se reza y está Dios presente. La santidad es un camino que a veces es arduo, yo les explico muchas veces a los niños que los peces que van a favor de corriente están muertos y son los vivos lo que nadan hacia arriba”.

Por todo ello, el apoyo a las familias, a su cuidado y unión, es algo vital: “En el día a día de las parroquias a fin de cuentas son familias las que participan y la pastoral está orientada a individuos o sectores: niños, jóvenes, mayores. Pero ¿dónde están las familias?, ¿quién puede apostar por ellas? Nosotros tenemos un papel fundamental porque la Iglesia es familia de familias”, afirma José Luis Pascual. En este sentido, “uno de los grandes objetivos son los centros de orientación familiar. Tenemos la mentalidad de que en el matrimonio los problemas tienen que solucionarlos entre ellos, ese reduccionismo de convertir el matrimonio en algo privado, pero luego cuando vienen las separaciones y los divorcios nos damos cuenta de que es un bien público porque hay daños colaterales que afectan a la familia y a un círculo más amplio por eso hay una obligación moral de la sociedad y de nosotros como Iglesia de ayudarles a superar las dificultades porque son superables”.

En la diócesis el Centro de Orientación Familiar (www.porlafamilia.es) está conformado por profesionales voluntarios que se ocupan de la acogida de las personas que se encuentran en dificultades para orientarlas a la mejor solución para sus circunstancias personales.

Tal y como explica su director, José Luis Besteiro: “Cuando hay una situación de separación o divorcio se producen una serie de consecuencias: la relación con los hijos, alteraciones en la conducta de los chicos, los conflictos que se genera en el proceso de la separación a nivel legal, educacional o familiar. Es como una especie de bomba de efecto retardado que van produciendo en cadena una serie de consecuencias que siempre son todas perjudiciales y nosotros atendemos esa situación en todas sus vertientes”.

Los cambios en la sociedad, en la forma de relacionarse o los ritmos de vida no siempre facilitan a las familias a salir adelante o a solventar los problemas que se les puedan poner en el camino, pero la experiencia del COF en ese sentido apuesta por buscar una ayuda externa cualificada que puede ayudar a replantearse la situación: “Lo que nosotros conocemos desde el punto de vista de la terapia es que el sesenta o setenta por ciento de los matrimonios que sufren dificultades y se someten a la terapia recuperan la situación. Es un porcentaje muy alto”, apunta José Luis Besteiro, “ocurre que hoy en día toda la tendencia social, cultural es que si tienes un problema te separas y punto. Sin darse cuenta de que cuando uno se casa tiene una serie de obligaciones, cambia el estatus social, aparecen los niños ante los que tienes una responsabilidad. La ruptura aparentemente es lo más sencillo porque da la impresión de que uno escapa de una situación de sufrimiento, pero a medio o largo plazo esto no es así. Es un sufrimiento que se multiplica, es una especio de boomerang que tú que lo lanzas y parece que te liberas del problema, pero después es peor”.

Y es que, resalta, “la familia es la escuela de la vida social donde aprendo conducta e interacción con los otros; es la primera línea de terapia y de defensa porque cuando tienes un problema si tu familia está estabilizada te ayuda, te da consejos, te protege y si eso desaparece el individuo está solo. Las instituciones públicas, aunque lo intentan y a veces con muy buena disposición, no pueden suplir la relación con los padres en esa labor de protección, de educación, de inserción que es esencial”.

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