Este miércoles se presentaba, en el Auditorio del Seminario Metropolitano, la Memoria de Actividad de Cáritas Asturias durante el año 2022. Al acto acudían, además de los medios de comunicación invitados, un buen número de representantes institucionales y de entidades que hacen posible la acción social que desarrolla Cáritas en Asturias. Ante la presencia de la Directora, Elsa Suárez Álvarez-Cascos, el Secretario General de la institución, Ramón Méndez-Navia Gómez y la responsable del Servicio de Análisis y Estudios, Pilar Díaz Cano, analizaron los resultados de la memoria que desvelan un fuerte repunte de personas que han acudido a Cáritas.
Si bien desde el año 2016 Cáritas registraba un leve descenso continuado en el número de ayudas ofrecidas desde las Cáritas parroquiales, el mes de agosto de este año ha supuesto un cambio de tendencia muy marcado, incrementándose el número de personas que han acudido a las Cáritas parroquiales. Así, la inversión total en ayudas por las Cáritas parroquiales en el año 2022 ha aumentado en un 27% más que en el año 2021, incluyendo la atención prestada a las familias procedentes de Ucrania.
Las Cáritas parroquiales han acompañado en 2022 a un total de 12.168 personas que conviven en 5.140 hogares, lo que supone un 25,4% más de hogares y un 20% más de personas que en el año 2021. La mayor cuantía se ha destinado a la cobertura de necesidades básicas, seguida de las ayudas para afrontar los gastos de vivienda, suministros y otros conceptos.
Para el Secretario General de Cáritas Asturias, Ramón Méndez-Navia, este aumento se debe claramente “al problema de la inflación, que repercute en los hogares más vulnerables, y es ahí donde la gente empieza a acercarse a nosotros, porque no les alcanza para cubrir las necesidades básicas”. La acción de Cáritas en Asturias se realiza a través de las Cáritas parroquiales, “la gran riqueza que tenemos, por su gran capilaridad a lo largo de todo el territorio asturiano”, afirma Ramón Méndez-Navia, y también a través de los programas y proyectos que lleva a cabo. Todo ello con el trabajo de 1.612 personas voluntarias y 83 profesionales.
La Memoria de Actividad del 2022 ha puesto también de manifiesto, que “el rostro de la vulnerabilidad es femenino”, debido a la escasez de recursos, pocos apoyos y la asunción en soledad de la responsabilidad de la crianza y el cuidado de los hijos. Un problema que hace incompatible que mujeres solas con sus hijos puedan mantener un trabajo estable, y que afecta muy especialmente a inmigrantes que llegan a nuestra región con hijos pequeños y que no cuentan con un apoyo que pueda permitirles tener esa ansiada estabilidad. Esa dificultad para conciliar la vida laboral y la familiar se une a la que tienen habitualmente para hacer frente al pago de una casa, lo que acaba por derivar en que varias familias compartan, no ya una misma vivienda, sino una misma habitación. “Todo esto tiene mucho que ver con cómo afrontamos en la sociedad el problema de la familia y el problema de la inmigración –afirma Ramón Méndez Navia–. Si el problema de la familia es de cada familia y no lo convertimos en una cuestión social, tendremos esto, al igual que la inmigración, puesto que si la vemos, no como una riqueza, sino como una amenaza, tendremos otro problema”.
Desde Cáritas se destaca también la especial vulnerabilidad de la población migrante, que se ve acentuada al carecer de la condición de ciudadanos, al no tener autorización administrativa para residir o trabajar, lo que les obliga a vivir en condiciones precarias.
