El Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, ha celebrado este domingo la eucaristía en la capilla del Seminario Metropolitano de Oviedo, donde desde hace días permanece la comunidad sin salir, como medida de prevención, para evitar la propagación del virus COVID-19. Al encontrarse los templos parroquiales, iglesias y capillas de la diócesis cerrados temporalmente, los sacerdotes celebran la misa diariamente a puerta cerrada, pero en esta ocasión se decidió emitir la celebración en directo a través de Facebook Live, en los perfiles del propio Seminario de Oviedo y del Arzobispado, para que quienes lo desearan pudieran conectarse y vivir la eucaristía desde sus casas.
En su homilía, Mons. Sanz recordó que se trataba esta de una «ocasión impuesta, pero especial, para redescubrir lo que significa adorar a Dios en espíritu y en verdad, más allá del templo al que habitualmente acudimos».
«¿Dios está con nosotros?», preguntó. «Tanta gente se hace hoy esta misma pregunta. Como se ha hecho otras muchas veces en la historia de la la humanidad, cada vez que suceden calamidades, hecatombes, pandemias. La sospecha de que Dios se ha distraído, se ha fugado, de que no está entre nosotros», explicó, haciendo referencia a los duros momentos que vive la sociedad. «No busquéis a Dios en el virus de esta pandemia», manifestó, porque «Él está en quienes la sufren, sufriendo con ellos; en la gente que, arriesgando su vida, está cuidando de nuestros enfermos; Dios está en quienes alientan la esperanza y la alegría, en una fe inquebrantable, también estando cerca de nuestro pueblo. Hay muchas maneras en donde las manos de Dios se hacen largas, tan largas como tiernas y cariñosas, y donde los labios de Dios pronuncian palabras verdaderas que nunca engañan. Esas manos y esos labios son la respuesta a la pregunta del pueblo incrédulo». «Dios está con nosotros –recordó– está, lo sabemos, lo sentimos y lo podemos testimoniar. A los cristianos se nos invita a ser testigos de esta verdad».