El «Acompañamiento Espiritual», fundamental para llegar a ser un «cristiano adulto»

Publicado el 16/02/2024
Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail this to someonePin on PinterestPrint this page
El «Acompañamiento Espiritual», fundamental para llegar a ser un «cristiano adulto»

Este lunes, 12 de febrero, tenía lugar en el Seminario Metropolitano una nueva sesión de formación permanente del clero. En esta ocasión, la persona invitada para ofrecer una charla fue el Obispo emérito de Santander, D. Manuel Sánchez Monge, quien habló sobre el Acompañamiento Espiritual. A lo largo de la mañana, Sánchez Monge desgranó la definición del Acompañamiento: qué «no es», lo que antiguamente se llamaba «Dirección Espiritual», y cuáles son las características del verdadero acompañamiento, fundamental principalmente en estos días donde hay movimientos emergentes de Iglesia que ofrecen un Primer Encuentro con Jesús, que producen grandes «subidones espirituales», como él mismo denominó, pero que si no son acompañados en el tiempo, muchas veces producen un abandono por parte de las personas. La «cercanía, la proximidad y la mirada respetuosa» son características importantes del acompañante, que debe aprender a «liberarse de prejuicios», para ayudar a que el acompañado «llegue a ser lo que debe ser, según el designio de Dios». Ser una «persona espiritual» es fundamental para ser acompañante, así como estar en «comunión con Dios y con las personas y tener conocimiento del corazón humano». Y recordó el Obispo emérito de Santander una frase de Santa Teresa, que afirmaba que «es muy necesario que el Maestro sea experimentado. Porque no entendiendo, estorba».

Para D. Manuel Sánchez Monge, el «acompañamiento es un elemento que entra dentro de la formación de un cristiano adulto», ya que «un cristiano no nace, sino que se hace», y para ello, es necesario un proceso, que «empieza por el Primer Anuncio o encuentro personal con Jesucristo. Y eso después sigue con el acompañamiento, con la formación y finalmente con la presencia y el testimonio en la vida pública». Por todo ello, el acompañamiento «no es algo de lo que se puede prescindir –afirma el Obispo emérito de Santander–, sino que es algo que hay que realizar para todo el que quiera ser cristiano adulto». Además, no se trata de «un privilegio exclusivo de curas o monjas», recuerda, sino que «cualquier cristiano, maduro, puede acompañar a otros en el camino de ser cristiano».

En este sentido, recordó las palabras del Papa Francisco cuando dice que «Cuando uno no se deja acompañar corre el peligro, no de ser peregrino, como deberíamos de ser todos, camino del encuentro definitivo con el Señor, sino de ser errantes, a la deriva y sin un hogar de referencia». También mencionó las palabras de San Juan de la Cruz «que dice que hay muchas almas que no progresan en la vida espiritual porque quieren seguir sus propios caminos y no se dejan acompañar y ayudar para descubrir la voluntad de Dios en su vida concreta de cada día».

Para mejorar el servicio, utilizamos cookies propias y de terceros. Si sigues navegando, entendemos que aceptas su uso según nuestra política de cookies.

Más información sobre cookies