Los abuelos, pilares y transmisores de la fe

Publicado el 25/07/2019
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Los abuelos, pilares y transmisores de la fe

La festividad de San Joaquín y Santa Ana, patronos de los abuelos, es un día inmejorable para reconocer su labor como transmisores de la fe a los nietos. Son muchos los que cumplen este cometido, y por este motivo en Gijón se ha formado el “Grupo de abuelos católicos” que mensualmente se reúne en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús para compartir experiencias y fe. Este viernes además celebrarán la festividad de San Joaquín y Santa Anta en la parroquia de San José de Gijón con una misa a las siete y media de la tarde. Para hablarnos de labor de este grupo de abuelos católicos hemos contado con el testimonio de Madeleine Kiernan y Adela Acero.

¿Cómo surgió la idea de crear el “Grupo de abuelos católicos”?

Madeleine: Siendo abuelas jóvenes y con varios nietos pensamos cómo aprovechar bien el tiempo que tenemos con ellos y no estar demasiado con la televisión, las redes sociales…, que cuando estuviesen con nosotros aprendiesen lo que en su momento nosotros mismos aprendimos de nuestros abuelos. A raíz de esto surgió otra cosa más, pensamos ¿qué más podemos dar?, ¿qué es lo más importante que tenemos y le podemos dar a nuestros nietos?, y pensamos en la fe. Vivimos muy deprisa, hay mucho estrés en las familias, los padres de los niños hoy en día tienen mucho trabajo y entonces quizás no hay tiempo para hablar de Dios en la familia, de quién es Jesús. Solamente en Navidades cuando se pone el Belén.

¿Y cómo lleváis a cabo este cometido?

Madeleine: Aprovechamos lo pequeños momentos que los abuelos tenemos en casa para estar con los nietos: cuando vienen a pasar la noche con nosotros y rezamos antes de acostarse, les explicamos por qué lo hacemos, que tenemos a Dios ahí y le tenemos que pedir y darle las gracias; el momento de rezar antes de comer, también dando turnos para que sientan que pueden compartir. Enseñarles que no dejamos de tener siempre en medio de nosotros la presencia de Jesús.

Adela: Como dice Madeleine lo hacemos con esos pequeños detalles como bendecir la mesa o rezar por la noche, también dándole el sentido a los nombres: yo tengo tengo un nieto que se llama Isaac y le explico que significa “la sonrisa de Dios”. Pretendemos hacerles presente en sus vidas y en su día a día, cuando están con nosotros, la presencia de Dios. A los niños les gusta pedir el turno para bendecir la mesa o las historias que les encantan porque para ellos son como cuentos, siempre están muy receptivos.

¿Los abuelos son quienes más inculcan la fe a los niños?

Madeleine: Sus padres deben estar de acuerdo, no vamos a hacer nada que los padres no quieran. Ellos saben lo que hacemos y que eso tiene una riqueza desde pequeños hasta que se hacen mayores. Hay historias muy tristes de padres que no bautizan a los niños y los abuelos sufren mucho. Lo que queremos es llegar llegar a todos ellos para decirles que no podemos tirar la toalla porque nosotros somos un grupo de rezar y esa es el arma más fuerte que tenemos: rezando siempre hay esperanza. Somos optimistas porque tenemos lo mejor, al Señor de nuestra parte. Con esto pensamos que vamos a llegar a mucho, con lo que poco que hacemos el Señor va a poner lo demás. Tenemos una misión muy importante.

Adela: Incluso hay padres que les dicen a los abuelos que no les hablen para nada de Dios, pero ellos con sus propio ejemplo y actitudes de fe demuestran que esa presencia está en sus vidas y se lo transmiten a los niños. No hace falta tampoco ir en contra de los padres si no ser un ejemplo de vida para tus nietos. Por eso animamos mucho a los abuelos a que se unan al grupo. Juntos nos apoyamos, somos capaces de ser más creativos a la hora de esa transmisión de la fe. Incluso para los que se sienten un poco solos ante el reto de estar con los nietos, entre todos nos damos fuerza unos a otros y nos motivamos.

Vosotras que lo vivís en primera persona, ¿cómo es el amor entre nietos y abuelos?

Adela: Es el amor incondicional porque después de tu trayectoria como padre que has intentado educar y amar ahora como abuelos aunque te implicas en su educación cuando están contigo, ya no es tu responsabilidad. Entonces te dedicas a amar entendiendo las travesuras, perdonando lo que hacen y queriéndoles de una forma incondicional.

Madeleine: Nos paramos a escuchar a los niños, como vivimos en un mundo en el que todo va tan deprisa a veces los padres no tienen tiempo, y les preguntamos cosas como qué tal pasaste el día, qué te gustó más… un ratito antes de irse a dormir porque a los niños les encantar contar sus cosas.

 

Cualquier persona interesada en participar en el Grupo de Abuelos Católicos puede ponerse en contacto con ellos en el mail abueloscatolicos@gmail.com o en los teléfonos 686 457 064 o 620 662 368.

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