Un trabajo en comunidad para el Santísimo

Publicado el 01/06/2018
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Un trabajo en comunidad para el Santísimo

Este domingo se celebra el Corpus Christi y la festividad se vive en Castropol con especial intensidad y emoción. Sus vecinos apuran los últimos momentos que les quedan para terminar las espectaculares alfombras que cada año elaboran en honor del Santísimo Sacramento. Un trabajo en comunidad, en el que todos aportan, y que ha permitido enriquecer y continuar con una tradición muy antigua.

“Las primera fotos que se conservan son del año 1931, aunque sabemos que ya se celebraba antes. Al principio se colgaban de los balcones colchas, ganchillo, mantones de manila, para así adornar las casas con todo lo que había y las calles se alfombraban de forma sencilla usando fioncho (hinojo) y espadaña”, comenta Isabel Loriente, catequista de la parroquia. “En los años ochenta se comenzaron a incluir otros materiales: pampillo, concos (semillas de eucalipto), ciprés, mirto, distintas variedades de flores, conchas, viruta, arroz o sal”.

Todos ellos combinados dan forma a coloridos motivos que llevan detrás muchas horas de preparación, entre las que se incluyen también las que ponen los encargados del diseño. “Quienes dibujan los motivos lo hacen con gran dedicación y echando mucha imaginación para decidir qué realizar. Se fijan en modelos de vidrieras, formas que se les ocurren y a partir de ahí se elaboran las plantillas para que podamos trabajar con ellas”.

Estas se dibujan en papel continuo para luego perfilar con concos los dibujos y por último se va rellenando con el material y los colores elegidos. Antes de colocar el papel en el suelo hay un trabajo previo de limpieza de las calles para que las alfombras queden bien “posadas”. Una vez todo colocado y dispuesto, toca estar atento a las condiciones del tiempo: el viento es mal compañero ya que provoca que vuelen los materiales con los que se rellenan las alfombras.

“Es un trabajo en comunidad”, expresa Isabel Loriente, “es impresionante la cantidad de gente que se vuelca. Todo Castropol colabora y también los vecinos de las parroquias colindantes nos dan flores y verde. Las alfombras llevan, en este sentido, mucho material y si no contásemos con su aportación no sería posible hacerlas. Todo el mundo aporta y es importante, tanto la gente que trabaja directamente las alfombras como quien ofrece material”.

Destaca también el papel de los niños. Estos participan en todo el proceso y tienen además la responsabilidad de hacer hacer su propia alfombra. Incluso en el colegio cuentan con un taller para conocer y practicar esta actividad que tanto identifica a su pueblo. De este modo, “aprenden para que continúe esta tradición que ya viene de hace mucho tiempo y hay que seguir manteniendo con las nuevas generaciones, que no se pierda”.

Año tras año la labor con las alfombras se ha ido perfeccionando y en 2008 se formó la Asociación Cultural El Pampillo que tiene como propósito aunar esfuerzos y organizar el trabajo a realizar, en el que participan todos los vecinos de Castropol, para poder hacer tanto recorrido alfombrado. La noche del sábado es la más intensa porque es el momento en el que se colocan todas las alfombras por el pueblo. El proceso se alarga hasta por la mañana, “casi hasta el inicio de la misa” apunta Isabel, lo que da una idea de todas las horas que requiere tenerlo todo listo.

Tras la misa solemne, que se celebrará el domingo a las doce y media, se forma la procesión en la que los fieles acompañan al Santísimo, que pasa por todas las calles alfombradas, junto con los sacerdotes, los niños que ese año han recibido la primera comunión y la Banda de Gaitas “El Penedón” de Castropol. “Uno de los momentos más emotivos es cuando se expone el Santísimo en el parque y allí lo adoramos y el sacerdote nos da la bendición”, explica Isabel.

Los colores, los detalles, los motivos de las alfombras de Castropol no pasan desapercibidos y eso ha hecho que el día de la celebración del Corpus muchos visitantes se acerquen al pueblo para ver en vivo cuán bonitas son y disfrutar de la fiesta. Una parte más lúdica que se añade al sentido esencial de la celebración y, sin duda, la más importante, como bien señala Isabel: “Es un orgullo para nosotros tener esta fiesta para honrar al Santísimo, el único motivo por el que se hacen las alfombras es por el Corpus. Si no fuese por esta celebración, no las habría. Y si Dios quiere, seguiremos con entrega, esfuerzo y cariño haciéndolas. Humildemente orgullosos de la labor que llevamos a cabo”.

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