«Una experiencia increíble, algo único, que se vive solo una vez». Así describe Sofía Pool, joven de 21 años elegida Reina de las Fiestas de San Mateo, en Oviedo, su vivencia en estos días tan especiales. Ella es voluntaria de Cáritas diocesana desde hace casi seis años, y precisamente fue el reconocimiento a su compromiso social lo que ayudó a que fuera elegida con un título que ella agradece y que entiende como un «acompañamiento a todos los ovetenses» en estos días de fiestas con eventos importantes y entrañables.
Su vocación al voluntariado quedó clara desde muy joven. «Todo comenzó cuando vinieron a darnos una charla al cole –relata–, y nos ofrecieron distintos tipos de voluntariado. Teníamos que escoger uno y a mí me llamó la atención el acompañamiento a mayores. Así que, junto con una amiga, nos lanzamos las dos». Pasó el tiempo y como ella misma reconoce «esto es algo que engancha». Y empezó a participar en otros proyectos, y así ha pasado ya por el programa de Empleo, haciendo itinerarios sociolaborales; por el grupo de Acogida; ha hecho sensibilización en colegios y finalmente se incorporó al grupo de voluntariado joven en Asturias y a nivel confederal también. Seis años más tarde y una amplia visión y experiencia a sus espaldas, especialmente para su juventud, ve claro que su camino en el futuro pasa por seguir ayudando a los demás. «La rama social me tira y de hecho estoy estudiando Trabajo Social, por lo que quisiera poder dedicarme a ello cuando termine», explica.
Y es que para Sofía «el voluntariado te da la oportunidad de cambiar la realidad que te rodea, es aportar tu pequeño granito de arena en tu entorno y eso es algo muy gratificante porque te da la oportunidad así de ver cómo cambia la vida de la gente más cercana». «De hecho –prosigue– me encantaba ir a la residencia de mayores porque veía en sus ojos la ilusión, el brillo que te decía quiero que vuelvas, o te estaré esperando con ansias, todo eso es una emoción incomparable».
Asegura que el grupo de voluntarios jóvenes de Cáritas diocesana es para ella una segunda familia con la que se siente querida y valorada. «Fueron los primeros en venir a apoyarme en el pregón de San Mateo», recuerda. Y por eso anima a todos los jóvenes a «que se lancen», que «escojan el voluntario que les guste y que se lancen porque el resultado es algo que no te esperas, a cada persona le aporta personalmente de una manera distinta, pero siempre va a ser una experiencia positiva, tanto por la gente que conoces como por lo que vives. A los jóvenes les digo que se animen sin dudarlo».
Y ella escogería siempre Cáritas, puesto que, aunque fue lo primero que conoció siendo casi una niña en el colegio, reconoce que «siempre me he sentido muy a gusto, me han tratado genial, se han adaptado a mí y me han ayudado siempre, y además me gusta cómo trabajan, cómo se adaptan a las necesidades que van surgiendo y la manera de enfocar la ayuda».