«Quien nos conoce no queda defraudado»

Publicado el 04/04/2019
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«Quien nos conoce no queda defraudado»

Entrevista a Carlos Robla, Secretario regional de Escuelas Católicas

En ocasiones se afirma que la escuela concertada es inasequible, que escoge a los alumnos… ¿Cuál es la realidad?

Totalmente opuesta a esta serie de tópicos. Las escuelas católicas son asequibles a todo el mundo por un principio fundamental: desde el momento que están concertadas tienen que adaptarse a lo establecido por ley, que regula la admisión de alumnos, a la que todos nos tenemos que acoger; así que nada más falso que decir que se les escoge. Es impensable en inicio y lo que es más importante, las escuelas católicas nacieron hace muchísimos años con una finalidad fundamental que era la de llegar a aquellos que no podían acceder a otro tipo de escuelas. Por encima del criterio administrativo está su razón de ser: llegaron para atender precisamente a aquellos que no eran atendidos por otros.

También se ven afectados por el recorte de aulas. 

Desde el momento que estamos en concierto sabemos cuáles son las reglas y las aceptamos. Tristemente muchas veces las administraciones ponen en primer término planteamientos de tipo ideológico por encima de los intereses de los padres o de los proyectos de las familias. Pero hay que aceptarlos, aunque no estemos de acuerdo.

Está también a la cuestión de los donativos que reciben y la posiblidad que se planteó de que ya no debían desgravar en la  declaración de la renta. 

Quiero pensar que fue ignorancia cuando alguien hizo ese planteamiento. Tuvimos que salir a los medios y desdecirlo y tener que repetirlo una vez más: estamos cumpliendo con la legalidad y la prueba está que ningún centro se ha visto sancionado por situaciones de este tipo. Si se aceptan donativos se hace porque está permitido y perfectamente legislado. Estos están dirigidos a la institución, no al propio colegio en el que están los hijos y a las familias se les informa hacia dónde va el donativo.

¿Qué aporta la escuela concertada?

Hay padres que la eligen porque estudiaron allí y les gusta que sus hijos reciban el mismo tipo de educación. Otros han descubierto que la forma de trabajar, que el trato que reciben tanto las familias como los alumnos es cercano, muy asequible y eso les da seguridad: el saber que sus hijos están en un sitio en el que confían. También hay que decir que la escuela concertada no se ha quedado anclada en el pasado ni mucho menos.

¿En qué sentido?

Cuando se produjo toda esta revolución metodológica, la escuela concertada apostó muy fuerte desde el principio e invirtió mu-chos recursos humanos y más re-cursos económicos de los que se disponen con un esfuerzo considerable. Al hablar de innovación en las aulas yo quiero reivindicar y además lo hago con certeza que no tenemos nada que envidiar a nadie. No voy a decir que somos los primeros, pero yo creo que fuimos la avanzadilla y conscientes de que había que tirar por ahí y así se hizo. Meterse en un modelo de cambio metodológico viene propiciado porque hay que atender a todo tipo de alumnos y a pesar de lo que se diga, que se dice con mucha frecuencia, que seleccionamos a los alumnos, no lo hacemos; y precisamente esos alumnos de necesidades educativas son los primeros para nosotros, los más importantes. Hay un juego maléfico mucha veces por parte de la administración que con la historia de que no contamos con los recursos necesarios, dicen “no en ese colegio concertado no hay esos recursos, pero si vas al de enfrente ahí sí los tienen”. El entrar en esa innovación sirvió para poder dar respuesta a todas esas situaciones de niños con mucha problemática. No entramos porque era una moda o porque tocaba sino que fue el resultado de ser conscientes de dónde estábamos y que es lo queríamos.

¿Cuál es la principal reivindicación de la escuela concertada?

Queremos que nos dejen trabajar, que se nos respete y se nos den los medios que necesitamos para trabajar en igualdad de condiciones, que no hemos podido siempre lograrlo. Seguimos sin hacerlo y debe quedar bien claro que esto ha salido adelante a costa del esfuerzo y del sacrificio de los profesores, de ceder tiempo, momentos libres, y por supuesto también a costa de la institución por cómo se han paliado todas estas situaciones de carencia y de cicatería de las administraciones muchas veces. Profesores e instituciones son los que han puesto en primer término las personas que debemos atender. Lo deseable es que nos conozcan. Tengo la experiencia de que quien nos conoce repite. He estado en primera línea muchos años en la escuela y sé que quien nos descubre no queda defraudado.

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