Profundizando en la «Cultura Vocacional»

Publicado el 12/05/2023
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Profundizando en la «Cultura Vocacional»

“La Pastoral Vocacional” ha sido el tema sobre el que ha versado la última sesión impartida de Formación Permanente del Clero, que ha tenido lugar en el Aula Magna del Seminario Metropolitano este pasado lunes, 8 de mayo. La exposición corrió a cargo del sacerdote D. Sergio Requena Hurtado, Director de la Subcomisión Episcopal para los Seminarios de la Conferencia Episcopal Española. Con esta conferencia se ha completado así el repaso por los tres temas fundamentales elegidos como objetivos a trabajar en este curso: Pastoral Juvenil, Catequesis y Pastoral Vocacional. Tal y como expresó el ponente, la Pastoral Vocacional es un tema “que nos preocupa a todos, siempre, ya que todos tenemos necesidad de aprender algo en este campo”, y comenzó su charla recordando las palabras que una vez había escuchado decir a un obispo: “No podemos conformarnos con administrar la escasez, ni permanecer impasibles ante el actual devenir de las cosas”, ya que, según el Director de la Subcomisión Episcopal para los Seminarios, “tenemos una enorme responsabilidad cada uno de nosotros, que es la de transmitir el tesoro del Evangelio que generaciones anteriores a su vez pusieron en nuestras manos, y no podemos conformarnos ni pensar que esta cuestión no tiene nada que ver con nosotros, porque, más bien todo lo contrario, tiene mucho que ver con cada uno de nosotros”. D. Sergio Requena recordó que no elegimos cada uno, sino que cada uno es elegido para una misión que se nos da.

Y muy especialmente entre las paredes de un edificio como aquel en el que estaba teniendo lugar la charla: un Seminario. “Si las paredes hablaran –decía–, nos contarían mil historias, iguales, parecidas o diferentes, en cada uno de nosotros. Pero hemos de reconocer que, en nuestro camino, no siempre hemos escuchado lo que nos apetecía escuchar, incluso a veces lo que se nos ha dicho nos ha dolido, y también nos ha pasado que lo que se nos pide, nos resulta difícil de aceptar”.

En su intervención, señaló muy especialmente la importancia de las personas en la vocación personal de cada uno, algo que quiso reflejar a través de una anécdota: “Cuando entré en el Seminario había un compañero, un amigo de la parroquia, que me regaló una Biblia. Me la dedicó, y me escribió en ella: “Dios cuida a los hombres a través de otros hombres”. Y yo creo que de eso podemos dar fe todos. Todos nos hemos sentido cuidados por Dios a través de tantas personas que nos ha ido poniendo en el camino, y que creo que es importante que recordemos”.

En ese sentido, animó a los presentes a hacer un ejercicio de memoria, y traer al presente aquellas personas, “rostros, momentos y circunstancias” que fueron importantes en aquellos momentos en los que discernían su vocación. Porque “creo que para entender un poco este tema hay que partir de nuestra propia experiencia, de lo que hemos vivido, experimentado y que ha sido bueno para nosotros, porque entonces puede ser bueno para los demás”, decía D. Sergio Requena. Y reconoció que quizá a los presentes les estaba pasando últimamente igual que a él, cuando, al recordar, se encontraba con que algunas de esas personas ya habían partido a la casa del Padre. Y al pensar en ello constataba una realidad evidente: “Claro, es que yo ahora he de ser para los demás lo que ellos han sido para mí”.

En su intervención habló también de la “Cultura Vocacional”, como la necesidad de contar con un terreno propio para que la vocación germine. Una expresión que lleva ya un buen tiempo entre nosotros, especialmente desde el Congreso Europeo sobre la Vocación que tuvo lugar en el año 97, del que emanó el documento: “Nuevas vocaciones para una nueva Europa”, especialmente interesante si se quiere profundizar en el tema. “En este documento se afirma que la expresión “Cultura Vocacional” se utiliza para describir el entorno favorable que necesita una vocación para arraigar y florecer. Que tiene que estar caracterizada por la vivencia de la gratitud, la apertura a lo trascendente, la disponibilidad, la confianza en sí mismo y en el prójimo, la libertad de turbarse ante el don recibido, el afecto, la comprensión y el perdón, admitiendo que aquello que se ha recibido es inmerecido y sobrepasa la propia capacidad”.

Entre otros aspectos, D. Sergio Requena explicó que este curso es el primero en el que ha empezado a funcionar en la Conferencia Episcopal el “Servicio de Pastoral Vocacional”, en el que se ha invitado a cuatro comisiones a participar: Laicos, Vida Religiosa, Clero y Seminarios, y Misiones. “Hemos empezado a trabajar en esta dirección –dijo–, siguiendo precisamente el sentir de la Iglesia cuando, a raíz del congreso antes mencionado del año 97, se afirmó que, si bien hubo un tiempo en que la Pastoral Vocacional se orientaba a unas vocaciones concretas, ahora se debería dirigir cada vez más a la promoción de todas las vocaciones, porque en la Iglesia de Dios, o se crece juntos, o no crece ninguno”.

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