Del 14 al 19 de septiembre ha tenido lugar una peregrinación diocesana por Francia, organizada por la Delegación Episcopal de Peregrinaciones y presidida por el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, en la que participaron 24 personas. A lo largo de la misma pudieron visitar lugares emblemáticos donde reposan los restos de algunos de los santos franceses más conocidos y venerados. «Ha sido un viaje muy bonito y muy intenso» comenta el Delegado episcopal y párroco de San Juan El Real de Oviedo, Javier Suárez, que reconoce que «el resultado ha sido muy satisfactorio y todo el mundo volvió muy contento de la experiencia».
El recorrido llevó a los peregrinos por destinos tan significativos como la Capilla de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa de París; Paray le Monial, donde comenzó la devoción al Sagrado Corazón de Jesús ya que fue el lugar donde Santa Margarita María de Alacoque recibió Sus promesas; el Monasterio de la Visitación; la Abadía de Cluny en La Salette; la Abadía de San Víctor en Marsella o el Santuario de Santa Teresa de Lisieux. La peregrinación llevó al grupo diocesano también a la Basílica de Ars, donde pudieron celebrar misa «en el altar donde está el santo cura de Ars y con su mismo cáliz, algo especialmente emotivo», destacó el Delegado episcopal de Peregrinaciones.
La peregrinación finalizó en la Basílica de San Saturnino de Toulouse, donde, en su última homilía, Mons. Sanz aprovechó para comentar con los presentes una costumbre que siempre tiene al finalizar cada finalizar cada peregrinación, en la que se pregunta «ante Dios: Señor, ¿qué has venido a darme, qué me has querido recordar o qué palabra me has estrenado en estos días?».
La Delegación episcopal de Peregrinaciones prepara ya su próximo viaje que les llevará del 11 al 16 de mayo a celebrar el Año Jubilar en Roma.