Parroquias con mucho arte. Imagen de la Virgen de Acebos en la Ermita de «El Campo/El Quempu», Tuiza (Lena)

Publicado el 17/03/2023
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Parroquias con mucho arte. Imagen de la Virgen de Acebos en la Ermita de «El Campo/El Quempu»,  Tuiza (Lena)

 

  • Párroco: D. José Antonio López González
  • Financiación: Fondos parroquiales
  • Restaurada en 2019
  • Presupuesto: 600 euros (IVA incluido)
  • Restaurador: Carlos Nodal Monar

 

Se trata de una bellísima imagen de la Virgen María con el Niño, de la primera mitad del siglo XVI.
Tanto la talla como la policromía, de estilo renacentista, son obra, con toda probabilidad, de artistas castellanos. Contrasta el hieratismo de la Virgen, deudor de la estética tardogótica, con el movimiento y gracilidad del Niño, plenamente renacentistas.
Es uno de los escasos ejemplos de imágenes que se conservan de este periodo en Asturias y tiene el interés añadido de protagonizar una tradición popular muy arraigada:
En Alto del Palo o Puerto de La Cubilla se localizaba el monasterio de Acebos, con una ermita-hospital dedicada a la Virgen, desde donde con el toque de campana se orientaba a los caminantes extraviados los días de niebla, dándoles cobijo y comida.
El interior de la ermita albergaba la imagen de la Virgen de Flor de Acebos sobre la que existe una hermosa leyenda popular:  la tradición oral justifica su traslado a la Capilla de El Campo/El Quempu tras una larga disputa entre los vecinos de Tuiza y los de Quempu.  Los vecinos de Tuiza trasladaron la piedra de la ermita de Acebos a Tuíza Baxo para construir la actual capilla en La Villa, pero cuando intentaron bajar la imagen de la Virgen, fue imposible: los vecinos la llevaban de día, y por la noche la imagen regresaba al Alto de Acebos. Finalmente, desistieron y la bajaron a la capilla del Quempu, en la parroquia de San Cristobal de Tuiza, donde la Virgen se quedó desde el primer día.
Otras versiones populares de la leyenda relatan que la imagen de la Virgen fue encontrada por un vecino de Tuiza cuando estaba limpiando los prados de Acebos y prendió fuego a los matorrales; como no prendían ni los troncos ni la hojarasca, se acercó y descubrió intacta la imagen de la Virgen que desde entonces fue conocida como la Virgen de Acebos.

 

 

 

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