Desde que el lunes diera comienzo la visita ad limina apostolorum de los obispos españoles, organizados por Provincias Eclesiásticas, han sido muchas las actividades que ha llevado a cabo este primer grupo –los siguientes irán acudiendo hasta el 29 de enero–, que ha ido celebrando la eucaristía en las basílicas romanas de San Pedro, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor hasta el momento, y visitando diferentes dicasterios y organismos vaticanos, en los que han mantenido reuniones de trabajo. «Vamos pasando por las distintas congregaciones o departamentos de la Santa Sede –ha declarado el Arzobispo de Oviedo, Mons. Sanz, esta misma tarde desde Roma– que tienen que ver con las áreas pastorales que llevamos adelante en nuestras diócesis de origen. Todo lo que tiene que ver con la cultura, la familia y la vida, el clero y los sacerdotes, la vida consagrada, también con los pobres y las diferentes heridas que genera nuestra sociedad opulenta e insolidaria. También la misión, los medios de comunicación, es decir, todo ese abanico de aspectos y factores en donde la vida pastoral de una diócesis tiene su propio recorrido».
Además, este jueves por la mañana tuvo lugar el encuentro con el Papa Francisco, a partir de las 10,30 h. Una visita de más de dos horas y media en la que el Papa habló con una «franqueza, libertad y desparpajo», que nos «ha llenado de gozo y esperanza» tal y como explicó Mons. Sanz. «Un encuentro muy gozoso, en el que hemos ido exponiendo cada uno la inquietud personal de cada diócesis o lo que detectamos en nuestra España». «Tenemos por delante –ha dicho el Arzobispo de Oviedo– todo un recorrido que hacer para anunciar el Evangelio a los que tenemos en casa en primer lugar, nuestros fieles cristianos, a los que por algún motivo han dejado de frecuentar la Iglesia y se han convertido en alejados, y a los que no han podido acudir en ningún momento. Evangelizar significa comunicar una buena noticia, esa que enciende la esperanza en los corazones y pone luz en las zonas oscura. Es un gozo poder venir a Roma y tener todos los obispos una semana de convivencia. En el corazón de la Iglesia y junto al sucesor de Pedro, el Papa Francisco».
