A los pies de la Madre, en la Gruta

Publicado el 13/05/2022
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A los pies de la Madre, en la Gruta

XXVIII Peregrinación diocesana de la Hospitalidad de Lourdes 

 

El sábado se adelantaba un primer grupo de la Hospitalidad de Lourdes en la diócesis, para prepararlo todo. Poco más tarde, se instalaba el grueso de la peregrinación. Un total de 113 asturianos llegaron esta semana a Lourdes (regresaron el miércoles), en la que ha sido la peregrinación número XXVIII de la Hospitalidad. Había mucha ilusión por regresar a la “Casa de la Madre”, como decían los peregrinos, más teniendo en cuenta que la última vez que habían estado había sido hace dos años. Quién les iba a decir que en el 2019 se irían y una pandemia cancelaría por completo este viaje anual, que muchos tenían por costumbre.

“Llevábamos ya dos años a la espera, y con ganas de volver otra vez a nuestro trocito de cielo en la tierra, como nosotros lo llamamos”, dice Inmaculada Canal Blanco, secretaria de la Hospitalidad de Lourdes en Asturias, y organizadora de la peregrinación.

Los peregrinos llegaron desde zonas tan dispares como Oviedo, Pola de Siero, Colunga, Gijón, Turón o Luarca, y entre ellos mucha gente nueva “tanto a nivel de personas enfermas, peregrinas o voluntarias”, destaca Inmaculada, “eso sí, ya quieren volver el año que viene”, reconoce.

Una peregrinación vivida “con mucha emoción, por poder volver a la normalidad, por encontrarnos a los pies de la Madre en la gruta. Ha habido muchos lloros, pero de alegría y emoción, ha sido algo muy especial”, afirma la Secretaria de la Hospitalidad en la diócesis.

Al finalizar, el sábado, la Marcha de Jóvenes a Covadonga, el Arzobispo de Oviedo Mons. Jesús Sanz junto con un grupo de sacerdotes, se dirigieron a Lourdes, donde fueron acogidos con mucha ilusión: “Fue muy de agradecer que el Arzobispo hiciera el esfuerzo de venir a Lourdes, teniendo en cuenta que salía directamente desde la Marcha de Jóvenes a Covadonga –reconoce Inmaculada–. Es un apoyo a la peregrinación y también a la Hospitalidad, y lo cierto es que en estos contextos, cada vez que se recibe a un sacerdote, es una fiesta. La gente tiene ganas de tenerlos cerca, y uno de los momentos quizá más especiales fue el lunes, que celebramos la Misa Penitencial, presidida por don Jesús, y después tuvimos la oportunidad de que, quien quisiera, pudiera confesarse, y la gente se animó mucho. Con el momento de emoción que estábamos viviendo, parece que el poder confesarse produjo aún más todavía”.

El Santuario de Lourdes estaba más vacío de lo habitual. De hecho, la de Asturias fue la primera peregrinación diocesana completa de una diócesis española, desde el comienzo de la pandemia, hasta ahora, había habido visitas particulares, pero no una peregrinación a la antigua usanza. “Cuando llegamos el sábado el grupo que solemos adelantarnos para poder abrir el hospital, fuimos recibidos poco más que haciéndonos una ola –contaba Inmaculada Canal–. Era la primera vez que se abría esa parte del hospital desde el 2019, y estaban muy agradecidos por nuestra presencia”.

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