Un año más, los jóvenes asturianos quisieron hacerse presentes en el Santuario de Covadonga de noche, para celebrar una Vigilia de oración que rindiese culto a la Santina. Al estar el Santuario ya preparándose para el día de Covadonga, se encontraba especialmente protegido y preparado ante la visita de los Reyes, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía. Por eso, en esta ocasión la Vigilia consistió en una procesión desde la entrada de la Santa Cueva, con velas y la imagen de la Virgen, hasta la explanada de la Basílica. Una vez allí, el Arzobispo habló a los jóvenes sobre la «Vocación», esa «palabra que Dios tiene para cada uno». Dios llama a cada uno por su nombre, muchas veces para formar una familia, «pero también hay otras palabras, y aquí estamos varios que hemos escuchado nuestro nombre cuando Dios nos ha llamado», dijo Mons. Sanz a los jóvenes presentes: «sacerdotes y consagrados, Dios nos ha llamado a una vocación especial».
Y haciendo alusión a las velas que cada joven portó durante la procesión, y que fueron depositadas después en la explanada, a los pies de la Virgen, el Arzobispo de Oviedo manifestó que «esta luz Dios la enciende en la noche para iluminar nuestros pasos. Que podáis llevar -dijo- en vuestra vida esta luz que no quema ni deslumbra. Sed lámpara encendida para vuestra generación, en clase, en el trabajo, en el grupo de amigos, donde está la gente de vuestra generación».
La Vigilia estuvo acompañada por las canciones del sacerdote Gonzalo Mazarrasa, cantautor, y finalizó con las ofrendas ante la Virgen por parte de sacerdotes, consagrados, jóvenes matrimonios y catequistas.
