¿Qué trabajos se están llevando a cabo estos días en la Catedral?
Estamos realizando una excavación arqueológica en el Jardín de los Reyes Caudillos. Estos trabajos tienen una finalidad técnica, que es instalar el pararrayos de la torre de la catedral. Aprovechando esta circunstancia, estamos investigando y documentando el pasado de toda esa parte de la ciudad que antes se llamaba la rinconada de Santa María del Rey Casto y de la que tenemos muy poca información arqueológica.
¿Cómo va el proyecto?
Excavando, estamos leyendo el libro al revés. Primero vimos el Jardín de los Reyes Caudillos que es de 1942, luego las casas que habían llegado hasta 1935, debajo de ellas empezamos a encontrar las construcciones que había de época moderna y ahora, la medieval. Estamos recogiendo todos los restos, documentando suelos de uso y ruinas de construcciones, tratando de identificar cada elemento y en la memoria se pondrá todo en relación. Vamos a hacer una radiografía de esa manzana, que puede llegar a tener once o doce siglos, que va a aportar información a los especialistas en cada época que luego a su vez la asumen, estudian y la ven con mucho interés ya que servirá para sus publicaciones. Así, todo ello se convierte en una fuente que es mucho más grande que la excavación y eso es precisamente en lo que consisten los trabajos arqueológicos: encontramos ruinas de una historia que nos interesa a muchísimos y que sirve para que pase a los libros y se conozca mucho mejor la ciudad. Sobre todo en un entorno tan emblemático como la Catedral de Oviedo y San Pelayo, ahí nace la ciudad.
Un trabajo muy minucioso.
La delicadeza con la que lo hacemos se debe al hecho de hay épocas en las que la arqueología te aporta una forma de ver la historia, pero tienes además otras fuentes, como las escritas. Por ejemplo de las casas de 1935 hay fotografías en la prensa. Pero cuando llegamos a la época medieval, donde no hay documentación escrita, hay que tener una minuciosidad exquisita y muchísimo orden porque esos trabajos son la fuente para conocer la historia.
Tenemos que tener mucho rigor, hay que ir muy despacio y no podemos poner en peligro esas ruinas para que se pueda documentar todo correctamente: que los suelos tengan que ver con los muros, con las casas, si encontramos una calle, hemos de recoger todo lo que veamos e intentar identificarlo para saber hasta qué época esa calle estuvo en uso.
¿Hay mucha labor de documentación previa?
Sí, consultamos muchas fuentes. La prensa escrita muestra que había ya polémicas en 1935, cuando se derribaron esas casas, sobre si tenía que llevarse a cabo una excavación arqueológica. Aurelio del Llano excavó casi en la misma parte en la que estamos nosotros y hemos leído su memoria y su artículo en la revista Covadonga del Seminario. Yendo hacia atrás, nos apoyamos sobre todo en documentos y en planos, porque desde 1777 hay palimetría de Oviedo. En ella se ven las plantas de las casas y cómo se fue transformado la manzana. En época media y alta medieval nos ayudan porque tenemos un equipo grande que recopila documentación que es la que intentamos ligar con estas ruinas que encontramos. Trabajamos con un buen grupo de asesores y colaboradores.
¿Como cuáles?
El equipo de excavaciones es muy amplio, incluye topógrafos o geólogos, y en este caso contamos con la ayuda de grandes especialistas en época medieval: Sergio Ríos, César García de Castro, Jorge Hevia, el director del plan de la Catedral, Manolo Fernández, David Carracedo; entre todos vemos la construcción en conjunto y vamos con mucha cautela porque no queremos dar pasos en falso o anticipar una noticia errática o que no logremos concretar. En la excavación de la Capilla de los Vigiles, entre todos planteamos cómo íbamos a actuar, y logramos encontrar e identificar los cimientos de Santa María del Rey Casto, de la original medieval, además encontramos los enterramientos y el suelo que se correspondía.
La Catedral siempre depara sorpresas.
Siempre. Excavar en la Catedral es hacerlo en el edificio más emblemático de la ciudad, el que tiene una evolución más interesante y a la vez más desconocida porque muchos la describen, pero luego hay que poner todo eso en un plano, reconocer e identificar los antiguos edificios. Ahora vemos la Catedral como un solo edificio, pero en realidad es un conjunto. En los cimientos está Santa María por un lado, San Salvador por otro; la catedral se amplió en diversas ocasiones. Hoy vemos la torre de San Miguel, la románica, como algo aislado y no lo estaba, la Cámara Santa pertenecía a otro complejo y es de otra época distinta, prerrománica. La lectura final es cómo está el edificio ahora que suma cosas barrocas, góticas, románicas y prerrománicas. Pues hasta llegar a eso nosotros intentamos ir diferenciando cada etapa.