La Fundación Foessa presenta en Oviedo su Informe sobre la Transmisión Intergeneracional de la Pobreza

Publicado el 30/11/2017
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La Fundación Foessa presenta en Oviedo su Informe sobre la Transmisión Intergeneracional de la Pobreza

Foessa“En España, la igualdad de oportunidades es una aspiración, más que una oportunidad”. Así de contundente se expresa el informe sobre la transmisión intergeneracional de la pobreza (TIP), elaborado por la Fundación Foessa, que ayer miércoles se presentó en las oficinas centrales de Cáritas, en Oviedo.
Durante la presentación, en la que participaron el director de Cáritas Asturias, Ignacio Alonso, y el autor y coordinador del informe, Raúl Flores, se explicaron las conclusiones finales del estudio que desvelan que, si bien la infancia es uno de los colectivos más débiles e insuficientemente protegidos en todo el mundo, en nuestro país la denominada pobreza infantil es, en realidad, “pobreza de las familias con niños”. Una situación que se confirma que tiene muchas posibilidades de continuar en el futuro, con las siguientes generaciones.

Y es que, según el informe, el mayor riesgo de pobreza y de exclusión social en España se da en las familias con hijos. El riesgo de sufrir problemas económicos en las familias con menores es notablemente mayor al de cualquier otra configuración familiar: la pobreza se multiplica por dos en los hogares con menores, y casi por tres entre las familias numerosas. Esta situación es algo actual, que sucede en el presente, pero que, al mismo tiempo, vaticina una situación futura porque “la realidad de la pobreza se puede heredar, y de hecho se hereda”, explica el informe, que añade que “8 de cada 10 personas que vivieron graves dificultades económicas en su infancia y adolescencia, las están viviendo en la actualidad como adultos”.¿Qué factores influyen en esa transmisión entre generaciones de la pobreza? Desde el informe señalan que la familia influye, pero no solo. En esa transmisión de la pobreza intervienen elementos que van más allá del conjunto de valores, actitudes y motivaciones que las familias transmiten a sus hijos. Se trata, según el dossier, “de un modelo económico y de sociedad que perpetúa estas situaciones, a través de elementos de carácter estructural que intervienen en dicha transmisión de la pobreza, entre los que destaca el nivel de estudios, la situación laboral, la ocupación y la renta”.
Por un lado, la probabilidad de alcanzar niveles de estudios altos es mayor cuanto mayor es el nivel de formación de los progenitores. Ocho de cada diez personas cuyos padres no alcanzaron la educación primaria no han conseguido completar sus estudios secundarios. Y la pobreza se multiplica por dos entre aquellas personas cuyos padres no completaron ninguna etapa educativa.
Al mismo tiempo, la situación laboral y la ocupación de los progenitores son factores estrechamente ligados a la existencia o no de una fuente de ingresos y a la cuantía de la  misma.  La  pobreza  se  duplica  en los adultos cuyos padres permanecieron desempleados largos periodos de tiempo durante su infancia y adolescencia”.
Finalmente, se constata que los problemas económicos actúan como freno a la adquisición de niveles educativos muy altos. “Las dificultades económicas vividas en la adolescencia –señala el informe– están altamente relacionadas con las dificultades económicas en el presente”. Por todo ello, el estudio de la TIP (Transmisión intergeneracional de la pobreza) afirma rotundamente que “la pobreza presente genera pobreza futura”, y desde la Fundación Foessa se advierte, por tanto, que es necesario “observar cuál es la situación actual de la pobreza y de la exclusión social, como fórmula para aproximarnos a los riesgos futuros”.

¿Cómo es la situación de la pobreza de las familias en España?
Lo cierto es que según datos del INE para el año 2014, para menores de 16 años, España es el país de la UE con más pobreza infantil, tanto en la pobreza relativa, como en la pobreza severa, tras Rumanía y Bulgaria.
La exclusión social en 2013 alcanza el 25% de la población, y el 35% en el caso de los menores de 16 años, lo que significa que es 1,5 veces más probable entre los menores.
Hoy en día, el mayor riesgo de pobreza y de exclusión social se da en las familias con hijos a cargo. Esto sucede, tal y como afirma Raúl Flores, coordinador del Informe TIP, porque “las familias en etapa de crianza tienen que afrontar gastos extras, ya que muchas hacen inversiones en vivienda, vehículo, infraestructuras básicas y necesarias familiares”. “Además –afirma– ese nivel de gasto suele ir ligado a un nivel de ingresos menor, porque generalmente uno de los dos progenitores o bien reduce su jornada laboral, o deja su trabajo, o no busca un trabajo para poder ocuparse de los niños. En un momento vital en el cual hay más gastos y menos ingresos”.
Junto a esta realidad, Raúl Flores señala una situación particular, y es que la familia en España es un sector poblacional insuficientemente protegido: “otras etapas vitales en nuestro país están más protegidas por las políticas públicas, como el momento de la jubilación o el desempleo”, señaló el coordinador del informe. “Sin embargo, las familias menores con hijos a cargos son un sector insuficientemente protegido, con un nivel de inversión público pequeñísimo, y de hecho, supone la mitad de lo que se invierte de promedio en la UE”. Estos tres factores: más gasto, menos ingresos y la desprotección de las políticas sociales son, según señala el informe, lo que hace que se produzca esta situación.
Un informe que, tras plantear la realidad y las necesidades, incluye una serie de propuestas con el objetivo de frenar la transmisión intergeneracional de la pobreza. Entre ellas, se encuentra “la inversión en la educación” como “una prioridad de los Estados de bienestar”, la “atención psicoeducativa”, el “sistema de salud pública universal” con especial atención a los “hábitos de vida y crianza saludables”, la “inversión en políticas sociales y redistributivas que consigan de manera eficaz la reducción de las desigualdades”, una “política de vivienda y urbanismo” para que el acceso a la vivienda no sea tan complejo, o un “sistema de prestaciones universales destinadas a la familia y a la infancia”.

La protección de las familias en Europa
“Hay dos elementos que influyen mucho al diferenciar la situación de las familias en España y en Europa”, señala Raúl Flores, coordinador del informe TIP de Foessa. “En primer lugar, está la vivienda. Podríamos decir, aunque suene exagerado, que en España la vivienda es un bien de lujo. Aún siendo sencilla y humilde no es accesible para muchas familias. El coste que les supone es muy alto, incluso el coste de la infravivienda. Por tanto, las familias en etapa de crianza de los hijos encuentran un hándicap añadido que no tienen otros países europeos”, señala. En segundo lugar, el informe señala que la mayor parte de los países europeos tienen políticas sociales destinadas a las familias: se protege esa etapa de crianza de los hijos mediante una serie de beneficios económicos, fiscales y materiales muy importantes. “En nuestro país no existe la tradición, en los últimos 30 años, de proteger y ayudar a la familia, y siempre hemos estado distanciado con la UE en este sentido”. La parte del PIB que España destina a la infancia y la familia –desvela el informe– es el 1,3%, frente al 2,2% de media de la UE.
Un ejemplo de la escasa inversión en políticas de familia e infancia es que en el año 2009 se invertían en España 343 euros por persona y año dedicados a familia e infancia, una cifra, de por sí, pequeña. Cuatro años más tarde, en 2013, esa cifra se ha convertido en 25 euros. “Partimos de niveles de inversión mínimos, pero en el momento en que más necesario era lo han reducido, justo cuando muchas familias con hijos estaban afrontando un periodo de crisis económica con muchas dificultades y carencias”.

Las familias a las que acompaña Cáritas en Asturias
En la última memoria del trabajo de Cáritas se detectaron varias cuestiones relacionadas con la transmisión intergeneracional de la pobreza. La institución acompañó en 2016 a 5.991 familias, de las cuales 1.335 llevaban siendo acompañadas por Cáritas desde el año 2014.
De ellas, 519 están pendientes de revisión de salario social, 746 no reciben prestación alguna, y 457 tienen sólo un miembro trabajando.
Desde el año 2015 Cáritas Asturias ha insistido en que el término “pobreza infantil” no refleja la verdadera situación de los menores, pues la pobreza la sufre la familia en su conjunto.
Por ello, se ha incrementado el trabajo con las familias dentro del Programa de Menores y Familias, con el objetivo de prevenir que se incremente la exclusión en este colectivo, o evitar que la pobreza pase de generación en generación.

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