«Hoy la pasión tiene otros relatos también, que prolongan el de los evangelistas»

Publicado el 10/04/2020
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«Hoy la pasión tiene otros relatos también, que prolongan el de los evangelistas»

Esta tarde, a las 17 h. dio comienzo en la Santa Cueva de Covadonga la celebración de la Pasión del Señor, presidida por el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, y retransmitida, como viene sucediendo desde el comienzo de la emergencia sanitaria, a través del canal de YouTube del Santuario.

En su homilía Mons. Sanz recordó que se trataba de un Viernes Santo «muy atípico, lejos para nosotros de su celebración habitual. No obstante, la escenografía de este día es casi la misma dentro de su sobriedad: el celebrante ha entrado en silencio, y orante se ha postrado delante de un altar que está desnudo, sin adornos: sin flores que lo dulcifiquen ni cirios que lo alumbren. El obispo en este día viene sin mitra, sin báculo y sin anillo. Hoy tampoco tañen las campanas en el funeral más solemne de la historia. El Viernes Santo es el único día del año en el que no hay misa. Es el día más oscuro con un sol eclipsado a la hora de nona. Jesús remata su amor por mí dando su vida de veras. Hacemos una liturgia que lleva por título la Pasión del Señor: este es hoy el oficio. Fue tal que hoy cuando tuvo lugar el drama de Jesús que con su entrega nos salvó. Es obligada la lectura de este relato, y hay que escucharlo arrodillando el corazón, porque en esa historia se habla de cada uno de nosotros, detrás de esa trama también estaba yo. Deberíamos reconocernos en cuál personaje hoy se encuentra mi vida, porque cualquiera de ellos, a excepción de Jesús, puedo ser yo mismo en mi circunstancia y con mi edad».

 

 

Además de recordar diferentes escenas de la Pasión, el Arzobispo de Oviedo señaló que «hoy la pasión tiene otros relatos también que prolongan el que nos dejaron los evangelistas. Tantos inocentes que trasiegan su intemperie buscando como refugiados una nueva tierra; tantos violentados en los propios hogares o en trifulcas callejeras, con la violencia hacia la mujer, hacia los niños, hacia los que anhelan una paz y dignidad que se les niega; bombas que destruyen el odio y que acaso despierten más odio en una espiral del sin sentido; corrupciones, postureos, frivolidades, engañifas, que hacen del teatro del mundo una zafia pesadilla. Sin que falte todo cuanto la pandemia nos está escenificando cada día: personas infectadas del virus, personas que fallecen, algunos que curan, mientras toda una muchedumbre de gente entregada trata de poner su grano de arena como médicos, enfermeras, fuerzas varias de seguridad, voluntarios de cáritas, sacerdotes. ¡Cuántas estaciones tiene hoy el viacrucis de la muerte cuando no se convierte en vialucis de la vida!». (Aquí, la homilía completa).

La celebración recordó en numerosas ocasiones a todas las personas víctimas del COVID 19, los sanitarios, los más mayores y todos aquellos que están sufriendo personalmente los efectos de la pandemia.

 

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