«Esta encomienda es un hermoso desafío»

Publicado el 19/09/2019
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«Esta encomienda es un hermoso desafío»

Entrevista a Jesús Moreno Martín, vicerrector del Seminario Metropolitano

Jesús Moreno Martín, natural de Toledo, se incorpora este curso al Seminario Metropolitano de Oviedo como Vicerrector. Ordenado en 1982 en Toledo ha tenido diversas encomiendas pastorales en esa ciudad y también en Argentina antes de comenzar su andadura en la Iglesia asturiana.

¿Cómo afronta esta nueva etapa en su vida?

Con el ánimo que da el Espíritu Santo. Es quien nos mueve y lo que quiero es dejarme llevar por Él y también por las indicaciones del señor obispo y del rector. Me encuentro entusiasmado porque veo que esta nueva tarea viene del Espíritu: Dios me ha llamado aquí y estoy con mucho gusto respondiendo a esa llamada.

Durante varios años realizó su labor en Argentina, ¿cuál fue su experiencia allí? Imagino que con una vivencia de Iglesia muy distinta.

Sí, muy diferente. En Argentina he tenido una experiencia de misión. Tenía a mi cargo pueblitos donde iba a atender a los feligreses y también estaba en un centro sacerdotal de un movimiento de Iglesia donde hacíamos experiencia de vida sacerdotal, de comunidad, de formación espiritual, de reciclaje o acompañamiento a sacerdotes que tenían deseo de descansar.

Mi experiencia en Latinoamérica, en Argentina, ha sido por tanto muy diversa. En los últimos cinco años me he movido también por el Cono Sur organizando encuentros de sacerdotes y seminaristas en los lugares en los que nos requerían desde las diócesis de Argentina y también en las de Chile y Bolivia.

Ha hablado de “acompañamiento”, ¿esta es también una de las labores principales que deberá ejercer como vicerrector en relación a los seminaristas?

Así es, acompañarles y dejar que sea el Espíritu Santo quien nos mueva y construir familia, esta comunidad de hermanos en la que los chicos crezcan en un ambiente donde se dé una vida de comunión entre nosotros. Y también que el Espíritu Santo suscite aquello que quiere decir a cada uno en su corazón para prepararse en estos años al sacerdocio. Pensando eso sí que son los sacerdotes del futuro, no son los de hoy, sino los de la generación futura.

En el Seminario además de la formación académica tiene gran importancia la preparación humana.

Por supuesto, en el Seminario están presentes todas las dimensiones de formación: humana, cristiana, sacerdotal, pastoral. Es hermoso construir esta vida fraterna que viene dada por el hecho de que la corriente divina que es el Espíritu Santo pues ilumine, no es nada más ¡ni nada menos! Estoy comprobando que hay un humus, lo veo en el Seminario, que creo que es el que hace todo esto posible: hay un buen ambiente, un buen clima. Es hermoso.

Este curso además celebramos que se incorporan nuevos seminaristas, ¿cómo los ha visto?

Veo bien a los chicos, con ganas, con ilusión. Hay cinco nuevas incorporaciones, algunos jovencitos y otros más adultos, y así vamos creando la familia.

Estar en contacto con jóvenes, con futuros sacerdotes, ¿qué supone para su propia vocación?

Es un reto y un desafío, pero además es hermoso porque completa mi experiencia de 37 años de sacerdocio, de las vivencias que he tenido sacerdotales, con seminaristas, en misiones, con el movimiento de espiritualidad de los focorales en una ciudad de María, Mariápolis.

Un toledano que llega a la Iglesia de Asturias, ¿cómo ha sido la primera toma de contacto?

Vengo conociendo un poco Asturias por el señor obispo, he peregrinado a Covadonga con la parroquia, pero llego con la intención de dejarme sorprender y estoy siendo sorprendido por el Padre, por Dios. Veo hermosa a la Iglesia asturiana.