Una vez finalizados los trabajos de la fase diocesana del Sínodo, ¿en qué momento nos encontramos?
Una vez concluida la fase diocesana se pasa a la segunda fase, que es la continental. Se han recogido todas las aportaciones de las Conferencias Episcopales, que a su vez se han nutrido de las aportaciones diocesanas, como la nuestra. El material es ingente. Hay 114 conferencias episcopales en el mundo y han participado 112, por tanto, casi todas. Además, están las congregaciones religiosas, asociaciones y movimientos que han formado parte también.
Todo ese material se repartió entre 24 expertos para que ellos, por temas, fueran haciendo una síntesis que no habrá sido nada fácil, imagino.
Estos expertos se han reunido en Roma, dos semanas, junto con los miembros de la Secretaría General del Sínodo, y han elaborado un documento síntesis de todo lo que se ha trabajado en toda la Iglesia. Es un documento muy importante, más largo que el anterior y que se titula “Ensancha el espacio de tu tienda”, que es un versículo del profeta Isaías. Esto ya significa de por sí que tenemos que ensanchar nuestros corazones y ampliar nuestra mirada.
Este documento se ha enviado a las conferencias episcopales y de ahí a las diócesis. Nosotros lo tenemos colgado en al página web de la diócesis, y lo hemos enviado a todas las parroquias participantes. Estamos iniciando la fase continental, por tanto, con este documento, que tenemos que trabajar.
¿Qué puede hacerse desde la diócesis por el Sínodo en estos momentos?
El Sínodo ha sido convocado por el Papa como un momento puntual. Nos invita a caminar juntos, a afrontar la misión de la Iglesia desde la comunión y desde la participación, es decir, desde la escucha y la colaboración de todos. Aunque el Sínodo como tal tenga tres fases, la diocesana, la continental (en la que estamos) y después saldrá un documento que será el que se trabaje en la asamblea general en Roma en octubre de este año, es decir, aunque tengan un comienzo y un final, el deseo del Papa es que la Iglesia siga siendo sinodal, que camine unida y que cuente con la participación de todos, sacerdotes, religiosos y laicos.
Es decir, aún se puede trabajar en el documento de la fase continental…
Sí, hasta el día 15 o 20 de este mes se puede. Hay ya grupos en nuestras parroquias y comunidades que están trabajando este documento último.
¿Qué ha pasado por cierto con los grupos que se organizaron para trabajar los documentos del Sínodo?
De todos no tengo idea pero sí, un buen número sigue trabajando en este documento de ahora. También, al igual que en la primera fase, existe la posibilidad de hacer aportaciones individuales.
Las conclusiones que se enviaron a la Conferencia Episcopal de nuestra diócesis, ¿se sabe si son similares a las presentadas en otras diócesis españolas?
Sí, y de hecho, si ampliamos el foco al resto del mundo, habría que seguir diciendo que también porque ya sabemos todos que nos movemos en una cultura muy globalizada. Habrá países con circunstancias muy especiales, de guerras o de pobreza, donde tienen sus características particulares, con perfiles propios. Pero al final es el tema de la participación de los laicos, del papel de la mujer, de poner veto a los abusos sexuales y de poder, de una Iglesia más abierta, más en salida como dice el Papa Francisco, más inclusiva y también más afianzada en los fundamentos de la fe, en la oración, en los sacramentos, en la comunión.
Sí, se puede decir que las aportaciones son en general muy similares.
