«Dios tiene un calendario que no coincide con nuestras agendas, un reloj que no se acompasa con nuestro tic tac. Pero Dios siempre espera por sus hijos, y cuando acontece, tenemos las puertas abiertas de par en par. Puedo deciros que llenáis mi corazón de tanta alegría, al igual que les sucede a vuestros catequistas y a los sacerdotes que han permanecido a vuestro lado». Así se dirigía el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, a los setenta y siete adultos que acudieron a la Catedral de Oviedo este sábado, 8 de mayo, para recibir los sacramentos de la iniciación cristiana.
La mayor parte recibió la Confirmación, acompañados de sus padrinos, y tres de ellos recibieron el Bautismo, la Primera Comunión y la Confirmación en esa misma celebración. Procedían de diferentes arciprestazgos y junto a ellos, los sacerdotes y catequistas que les acompañaban. A todos, Mons. Sanz les animó a hablar de Dios con todos aquellos con los que «os cruzáis a diario, con los que habláis de tantas cosas, que tienen sus sueños, sus proyectos, recuerdos difíciles de olvidar», «de tantas cosas habla la gente y a ellos os envía Dios con el idioma divino para decirles que Él no es un rival, sino cómplice de lo mejor».