La crisis del COVID-19, entre otras muchas cosas, ha despertado la conciencia de la importancia de los medios de comunicación digitales, y de las redes sociales, que ya tenían cierto peso, pero que ahora se han desvelado como herramientas útiles, siempre que procedan de fuentes oficiales.
Parroquias y movimientos, así como sacerdotes en particular, comenzaron desde el momento del cierre de las iglesias, a abrir una ventana desde sus perfiles de Facebook, Instagram o YouTube, para que todos los fieles pudieran participar virtualmente de la eucaristía y otros momentos de oración.
Consciente de esto, David Roces, miembro de la Acción Católica General aquí en Asturias, pensó que quizá quedaba un hueco por cubrir en este ámbito, como era el hueco del entretenimiento, con el objetivo de seguir creando comunidad. «En todo este periodo de cuarentena hay gente que tiene parte de su tiempo ocupada porque sigue trabajando, pero yo pensaba en toda esa gente que tiene mucha parte del día desocupada entre comillas, como son los niños, los jóvenes y también de los mayores. Veía que había una oferta importante en la red en cuanto a eucaristías, celebraciones y demás, que son muy importantes y que se vienen celebrando a diario, y que la gente sí que se conecta a ellas y procura tener ese momento de encuentro con el Señor, pero también pensaba que había una parte un poco más coja, que no sé si llamarla lúdica o de entretenimiento, que animara a la gente y transmitiera esperanza, también, pero de una manera diferente».
Así, después de consultarlo con los responsables de jóvenes en la ACG en Madrid, surgió la iniciativa de los Conciertos de Artistas Amateur de la ACG, en directo, para todos los laicos de parroquia que quisieran participar, con el objetivo de «alegrarles a la gente las tardes», los «lunes, miércoles y viernes de 19,15 h a 19,45 h. Media hora para acabar justo a tiempo para salir a aplaudir, esa costumbre tan positiva que se ha instaurado en nuestros barrios».
La plataforma elegida para difundirlos fue el canal de la ACG en YouTube, al alcance de todo el mundo hoy a través del móvil, y los medios usados, sencillos pero suficientes: «Pedimos ayuda a voluntarios, buscamos gente que quisiera sumarse al proyecto y encontramos un programa desde el que poder transmitir datos a YouTube y poner un poco de escena, letras para que la gente pudiera cantar desde casa o leer una sencilla oración», explica David Roces. «Todo, con medios y recursos limitados, incluso cosas que nos prestaban los vecinos para poder mejorar el sonido, y poder ofrecer calidad, dentro de todo lo amateur que somos».
Todo ello «nos permite que, en esos microconciertos de 30 minutos sigamos creando comunidad, ilusión y comunión que ahora tenemos en las «iglesias» de cada casa» –afirma David–. «Yo creo que es un momento importante de vernos, e incluso de charlar en muchos casos e interactuar por el chat de YouTube».
Quince días más tarde, los vídeos rondan las 1.000 visualizaciones, se anuncian a través de carteles que recuerdan a la gente la próxima cita. «En algunos conciertos hay más clima de oración, en otros, más de entretenimiento. Y ahora estamos pensando programar uno especial para los más pequeños», adelanta.
