Celebración de la fiesta de Nuestra Señora de Covadonga

Publicado el 08/09/2020
Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail this to someonePin on PinterestPrint this page
Celebración de la fiesta de Nuestra Señora de Covadonga

Alrededor de doscientas cincuenta personas acudieron a la Basílica de Covadonga, organizada y señalizada convenientemente para albergar a un 75% de su capacidad, en la celebración, hoy 8 de septiembre, de la festividad de Nuestra Señora de Covadonga, el Día de Asturias. El Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, presidió la tradicional eucaristía a las 12 h del mediodía, a la que asistían, además, personalidades como el Presidente del Principado, D. Adrián Barbón, la Delegada del Gobierno, Dña. Delia Losa, el Presidente de la Junta General del Principado, D. Marcelino Marcos, o portavoces de los distintos grupos parlamentarios.

Debido a la situación actual generada por la pandemia, este año la fiesta de la Santina no ha podido contar con la ofrenda a la Virgen que tradicionalmente protagoniza cada temporada un concejo de Asturias. En este caso, iba a ser el concejo de Tapia de Casariego, que pospondrá este entrañable gesto hasta el próximo 8 de septiembre. Tampoco ha tenido lugar la procesión con la Virgen hasta la Santa Cueva al finalizar la eucaristía, al igual que ha sucedido durante toda la Novena, de tal manera, que toda la celebración se ha desarrollado en la Basílica. En cuanto a la Escolanía, ha sido una pequeña representación del coro la que ha acompañado musicalmente la liturgia, ya que las clases no comienzan hasta dentro de dos semanas y los más pequeños aún no se han incorporado a su residencia en el Santuario.

En su homilía, el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, repasó el Evangelio del día, que describe la visita de María a su prima Isabel, desde Nazaret hasta Ain Karem, y rememorando la «prisa» de la Virgen para acudir al encuentro de su familiar, manifestó que hoy «también traemos prisa este año a Covadonga», porque «hay una premura que nos zarandea y agobia con esta malhadada pandemia, que hace que tengamos prisa en superarla cuanto antes». Una pandemia de la que «no sabemos bien cómo se ha originado». «Son oscuros los orígenes, terribles algunas explicaciones cuando, sin pruebas, apuntan maquinaciones que, de ser verdad, nos hielan la inteligencia y el alma», afirmó. «La gestión de la pandemia ha sido desigual, y también esto nos desazona cuando los ciudadanos vemos que ha habido mucha improvisación, no pocas mentiras, y la intervención de la vida de una entera sociedad donde los sentimientos, los divertimentos, las creencias, la libertad, quedaban confinadas al albur de los magos de oz o de los gurús con los martillos de siempre», dijo. También tuvo palabras de apoyo al gobierno asturiano, al reconocer que «hay una plausible excepción que se refiere a nuestra región asturiana, donde la crisis sanitaria se ha planteado y gestionado con sensatez, prudencia y razonables medidas, en medio de un aluvión de gente que nos ha visitado en estos meses de verano. Lo he dicho en varias ocasiones: que la gestión que de esta circunstancia se ha hecho en Asturias es de agradecer en el noble intento y el cuidadoso tiento con el que nuestras autoridades autonómicas y municipales, nuestros sanitarios y fuerzas de seguridad, han hecho bien sus deberes dentro de lo mejorable que tiene toda acción humana», afirmó, mencionando, más adelante, su agradecimiento explícito al Presidente del Principado y a la Delegada del Gobierno.

También tuvo un recuerdo el Arzobispo de Oviedo para la situación generada al comenzar el año académico en colegios y centros universitarios, pero también en «las catequesis y demás actividades diocesanas y parroquiales», subrayando que «es bueno tener todos la mesura  que nos hace responsables, para evitar la incompetencia de quien ignora la gravedad de este momento, así como quien asustadizo, se atrinchera para no hacer nada».

Además, quiso tener un recuerdo especial para «los enfermos infectados en número nuevamente creciente, por los que han caído en la muerte durante su ocaso, por cuantos los cuidan como sanitarios, sacerdotes, religiosas o voluntarios de Cáritas, por tanta gente buena que, desde su lugar y saberes, arrima el hombro y arriesga su vida».

Álbum de fotos de la jornada

Homilía completa de Mons. Jesús Sanz

Para mejorar el servicio, utilizamos cookies propias y de terceros. Si sigues navegando, entendemos que aceptas su uso según nuestra política de cookies.

Más información sobre cookies