Catecumenado de adultos: formación y acompañamiento

Publicado el 26/11/2021
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Catecumenado de adultos: formación y acompañamiento

El tiempo de Adviento marca también el comienzo del curso para el catecumenado de adultos. Este año se estrena como responsable el diácono permanente Artemio Grande Bermejo, quien ha hecho llegar ya a las parroquias toda la información necesaria para los próximos meses. El catecumenado de adultos lleva años de rodaje en la diócesis, algo que reconoce Artemio, quien no deja pasar un minuto antes de agradecer “todo el trabajo realizado anteriormente por varios sacerdotes a lo largo de estos últimos años”.

“El catecumenado es, para entendernos, una catequesis que se ofrece a aquellas personas que no han recibido, bien ninguno de los sacramentos de iniciación cristiana, o bien sólo alguno de ellos”, explica. En este sentido, lo más frecuente y lo que mayor número de personas congrega, es el sacramento de la Confirmación, aunque todos los años hay un grupo de personas que se bautiza y hace la Primera Comunión en la misma celebración. La confirmación, además, tiene el añadido de que es un requisito necesario para poder ser padrino de boda o de bautismo. “La razón para confirmarse no  debe  de  ser  esta, naturalmente,  pero el Señor a veces nos llama de maneras diferentes y quizá una persona que acude al catecumenado para poder confirmarse y ser padrino, por ejemplo, de bautismo, se encuentra con la fe, al relacionarse con los catequistas y el sacerdote”, reconoce Artemio.  Para poder formar parte de este catecumenado, es fundamental tener cumplida la mayoría de edad.  Acceder a ello o buscar información es tan sencillo como acercarse a la parroquia más cercana y allí preguntar al párroco, quien le informará sobre los pasos que tiene que dar. Tendrá que inscribirse, y posteriormente pasará a formar parte de un grupo determinado. 

Estos grupos están formados en función de la cercanía. El catecumenado de adultos ha de vivirse con una dimensión comunitaria, por lo que normalmente se impartirá en grupos de cinco, aproximadamente, y prioritariamente en la parroquia que le corresponda a cada uno. Si en una parroquia se da la circunstancia de que no hay suficientes personas para formar un grupo, se unirá entonces con parroquias vecinas, pero sin perder nunca de vista el lugar del que proceden, que será su referencia. De la misma manera, “si un sacerdote envía a un catecúmeno o dos de su parroquia, aunque no tengan allí la catequesis, es bueno que haga un seguimiento, que esté cerca de ellos, para que haya una complementariedad”, explica Artemio Grande.

Dos hitos importantes

Este año, los bautizados que acceden al catecumenado de adultos para recibir el sacramento de la confirmación, harán este recorrido a lo largo de un “año litúrgico”, es decir, desde Adviento hasta la Pascua, aproximadamente. En el caso de los no bautizados, este proceso será de dos años. 

A lo largo de estos meses, hay dos momentos especialmente importantes en el proceso. “Por un lado está la Admisión al Catecumenado –explica el responsable– que este año se realizará el 15 de enero, y por otro lado, la recepción de los sacramentos, que está fijada, en principio, para el día 28 de mayo. Ambos actos tendrán lugar en la Catedral, porque somos una Iglesia diocesana y tenemos que darle esa dimensión”.

No son los únicos ritos, aunque sí los principales. También tienen lugar otros gestos, como las entregas del catecismo, de la cruz o los escrutinios, que pueden hacerse, bien a nivel arciprestal, o de vicaría. “Ahí dejamos libertad, los sacerdotes pueden organizarlo como consideren”, explica Artemio.

Formación para catequistas

El sábado 20 de noviembre tuvo lugar, en el Seminario Metropolitano, una jornada de formación para catequistas y sacerdotes que comienzan este año con un nuevo grupo de catecumenado de adultos, fundamentalmente de confirmación. En el transcurso de la misma se indicaron los temas que deben impartirse, con Fernando Llenín, responsable de formación. Habrá una segunda sesión, en el mes de febrero, concretamente el día 19. “Además hemos elaborado unos trípticos para que los sacerdotes entreguen a aquellas personas que pueden estar interesadas”, explica Artemio. 

Una cifra que aún no está cerrada, porque “es un goteo constante” tal y como indica su responsable, de personas que se interesan por esta formación. Formación que no se acaba con la recepción del sacramento, “sino que ahí empieza todo”, señala Artemio, de ahí la vinculación con el sacerdote y su parroquia. 

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