Cáritas, o la Iglesia, tiene en estos tiempos de crisis a todo el voluntariado trabajando desde las Cáritas parroquiales; si bien no presencialmente, sí a través del teléfono, que es el medio que nos permite la situación actual. Todo ese trabajo se sigue haciendo.
Hay muy pocos voluntarios acreditados saliendo a la calle, pero los que se han quedado en casa están generando, con toda la creatividad del mundo, mil maneras de permanecer contacto con la gente, articulando la atención a las necesidades básicas de las personas para que todo eso quede en todo momento cubierto. Además, se mantienen abiertos cuatro centros para personas sin hogar, donde hay 140 personas alojadas, entre pisos, albergues y centros de acogida. En ese sentido Cáritas está haciendo un esfuerzo ingente redoblando personal pues tenemos personas con problemas de salud mental y otras complicaciones que tienen en estas circunstancias que vivimos dosis extra de ansiedad y otros problemas añadidos.
Parece que lo que no se ve, no existe, pero ciertamente está. Por ejemplo, desde el primer momento las autoridades nos dijeron que teníamos que cerrar todo el programa de Menores y Familia que llevamos a cabo. Y desde el primer momento, esos trabajadores y voluntarios están en casa elaborando materiales y permaneciendo en contacto con los niños y los padres a través de grupos de whatsapp, haciendo acompañamiento constante para detectar problemas o necesidades. Todo se sigue haciendo, aunque ahora no se vea. Hasta el programa de empleo sigue activo, en el ámbito de la formación.
Se constituyó un gabinete de crisis ya el 11 de marzo, cuando vimos cómo estaban yendo las cosas. Decidimos gestionar lo que para Cáritas y para las personas para las que trabajamos son los servicios esenciales, lo imprescindible, que es primordialmente la atención a las personas sin hogar, pues esas personas sólo nos tienen a nosotros, y también la atención a las familias desde las Cáritas parroquiales de toda Asturias.
Fue complejo, porque cada vez que organizábamos algo en un sentido, había que proceder a reorganizarlo al poco, pues las normativas iban saliendo paulatinamente y toda nuestra actividad está coordinada con los servicios sociales y las instituciones del Principado.
Decidimos acreditar a algunos voluntarios, muy pocos, y el resto hacen su trabajo desde sus casas. La parte de ayudas económicas las hacemos a través de transferencias bancarias, aplicaciones móviles, etc. También hemos habilitado teléfonos para que las personas puedan llamar cuando lo necesitan.
Lo primero que dijimos fue que todos los que fueran población de riesgo debían irse a casa, desde el minuto uno. Y aquellos que no lo eran, y que entendían que era necesario desarrollar tareas puntuales, para temas de ayuda a domicilio a ancianos etc. los habilitamos, pero son muy pocos. El resto todo lo intentamos hacer por teléfono u otras vías, como digo. Insistiendo siempre en que las personas necesitan de nuestro acompañamiento y nuestra presencia, porque la esencia de Cáritas es estar cerca de las personas, que sepan que nos preocupamos por ellas, que pueden llamar por teléfono al voluntario; es una labor de acompañamiento en la que conocemos bien a todas las personas. El mismo trabajo de todos los días pero hecho de otra manera.
La verdad es que el personal está respondiendo de maravilla. Hemos tenido que reforzar todos los proyectos de sin hogar, por lo que personas que trabajan en proyectos que se han cerrado, han acudido a estos otros y tenemos a todo el personal reorganizado entre las Cáritas parroquiales, los proyectos sin hogar, el teletrabajo de acompañamiento a menores y familias y el de empleo.
Principalmente está siendo complejo en aquellos centros donde están acogidas personas sin hogar y con problemas de salud mental. Nosotros no tenemos personal sanitario y estas personas ya de por sí suelen tener medicaciones desajustadas, etc. y el personal tiene que hacer un trabajo de contención, de escuchar mucho, de minimizar los conflictos que se dan, etc. que es lo normal. Pero yo creo que se está llevando bastante bien y tenemos que dar gracias a Dios porque no hemos tenido ningún caso de contagio y todas las situaciones que están surgiendo las estamos pudiendo gestionar bien.
