Pravia costea, a través de Manos unidas, un programa de alfabetización y promoción de la mujer en India

Publicado el 26/12/2019
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Pravia costea, a través de Manos unidas, un programa de alfabetización y promoción de la mujer en India

El arciprestazgo de Pravia recaudó lo necesario, la pasada Campaña contra el Hambre 2018 de Manos Unidas, para sostener económicamente un programa de alfabetización y promoción de la mujer descastada en el norte de la India.

El proyecto está dirigido por la institución Catholic Mahila Sangh, de la archidiócesis de Patna, con las religiosas del Sagrado Corazón al frente. Esta institución se creó en 1984, con el objetivo de luchar por la promoción de las mujeres y la educación de los niños. Desde entonces han desarrollado ya varios programas, en los que también Manos Unidas ha participado.

El objetivo en esta ocasión se encontraba situado en veinte aldeas de muy difícil acceso, sin transporte público y carreteras en mal estado. En la mayor parte de ellas, además, no hay agua potable, luz o centros sanitarios.

Los beneficiarios son en su mayoría dalits (descastados), uno de los grupos más pobres y discriminados de la India. Sus ingresos proceden de los escuálidos jornales que obtienen trabajando en las fábricas de ladrillo o en los campos, y las mujeres trabajan como asistentas en las casas de las castas más altas. En este ambiente de pobreza y analfabetismo, los niños abandonan pronto la escuela, y es frecuente el alcoholismo y la violencia contra los más débiles, principalmente mujeres y niñas.

En este caso, se presentó un proyecto de ampliación de otros anteriores que ya se habían llevado a cabo, para reforzar grupos de mujeres que son formadas como líderes y participan en los gobiernos locales, teniendo parte activa en las decisiones comunitarias. A estas mujeres se les enseña temas como la dignidad de la mujer, los valores y derechos humanos, la resolución de conflictos, etc. Una labor muy complicada porque la mujer sufre una gran discriminación y no es fácil lograr que falte de su casa para recibir esta formación.

Además, el programa ha conseguido que se impartan clases extras a 600 niños de entre 6  y 12 años, para que se puedan reincorporar a la escuela pública y continuar sus estudios, aspirando así a un futuro más prometedor.

Manos Unidas financió, con este motivo, los honorarios de dos supervisores y veinte instructores de centros, así como los programas de formación. La contribución local, por su parte, hizo lo propio con los costes de materiales escolares y mantenimiento de los centros.

Según los informes recibidos,, el impacto del proyecto, que ha tenido una duración de tres años, ha sido muy positivo para la vida de todos los niños que han participado, que tienen una mejor educación y están motivados para continuar en cursos superiores. Económicamente, además, la comunidad ha ganado a través del dinero aportado al proyecto. La aldea, según recogen los informes enviados a Manos Unidas, se ha vuelto más limpia, hay menos matrimonios infantiles, trabajo infantil o migración a otros lugares para trabajar. Además, los padres y los niños se interesan más en la educación y en la posibilidad de una mejor vida en el futuro. Los animadores y las madres que han participado son más conscientes de sus derechos y deberes como ciudadanos.

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