“Al final lo que importa es la autenticidad”

Publicado el 09/09/2022
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“Al final lo que importa es la autenticidad”

Este pasado miércoles finalizaba en el Seminario Metropolitano la Semana Diocesana de Formación. Alrededor de 230 personas asistían a alguno de los 7 cursos ofertados este año, sobre materias tan diversas como El Arte en la Biblia, Familia e iniciación cristiana, Entender y acompañar a los adolescentes actuales, o Introducción a la elaboración de vídeos para colegios y parroquias. Este último, impartido por Julio de la Iglesia, experto en Comunicación Audiovisual y formador en vídeos digital para empresas y blogguers, explica en esta entrevista la importancia de dar este salto

El medio audiovisual no está en la Iglesia en España tan avanzado como en otros lugares como Estados Unidos, salvo honrosas excepciones. ¿Por qué crees que es importante este desarrollo del mundo audiovisual en la evangelización?

Yo diría que si hoy Cristo tuviera la posibilidad de ponerse en contacto con el mayor número de gente utilizaría este tipo de medios, al final evangelizar es contar, dar testimonio de los que creemos y hay que utilizar todos los medios, y el medio principal por el que, sobre todo, la gente más joven se informa de las cosas es este. Por ello, se trata de uno de los sitios donde tenemos que estar. Sin embargo, por un lado nos da pereza, porque la parte técnica es un poco complicada; el dar la cara también es complicado; y ahí entonces yo creo que es donde fallamos: no tenemos esa espontaneidad, tenemos complejos incluso ante nuestros propios amigos, no hace falta irse más lejos. Yo empecé a investigar más sobre toda esta comunicación católica en vídeo en EE. UU. en concreto, por una necesidad de querer aprender más, y me encontré con ejemplos muy profesionales. Lo que tenemos que hacer como católicos es intentar estar como mínimo al mismo nivel a pesar de que sea complicado.

Si tuviéramos que inspirarnos en personas, por ejemplo empezando por EE. UU. ¿de quién nos hablarías? 

Para mi el mayor referente es el obispo Robert Barron, obispo de Winona-Rochester.  Ya hace unos diez años empezó una especie de movimiento que se llama Word on Fire en el que intenta evangelizar en la cultura a través de la belleza. De hecho comenzó haciendo críticas de películas en clave católica y poco a poco consiguió atraer audiencia. Gracias a ello empezó con este movimiento que se desarrolla en el ámbito audiovisual, y los contenidos que trata son fascinantes.

A nivel educativo ha creado un instituto en el cual hay diferentes cursos muy bien montados y elegantemente hechos con un montón de profesionales que hablan de temas relacionados con todo esto. Ha hecho un par de series, una, por ejemplo, se llama “Catolicismo”, de diez capítulos. Está todo muy cuidado. Lo comparo con nuestras propias iglesias y catedrales, cuando alguien de fuera llega a una catedral como puede ser la de Oviedo se impresiona por su belleza; pues en cierto modo, con los medios audiovisuales también tenemos que tener ese cuidado, haciendo que lo que estemos mostrando sea también bonito a los ojos. Él sabe hacerlo bien a través de la imagen y de unos recursos muy interesantes. 

Julio de la Iglesia, en entrevista para El Espejo diocesano de Cope Asturias

En España también tenemos algún pionero, gente interesante que merece la pena estar pendientes de ellos por lo que van haciendo.

Sí. Por ejemplo, me llamó mucho la atención la televisión diocesana en el caso de Toledo que no deja de ser un canal de Youtube, pero que hace una programación completa y está muy bien desde un punto de vista técnico. Empezaron con medios discretos pero también es verdad que todo este mundo se ha popularizado muchísimo. Primero, con el uso de los móviles ya tenemos una cámara de video estupenda, además, a nivel profesional han bajado los precios de los dispositivos, que eran muy altos, y esa calidad de estos medios nos permite tener una mejor forma de expresarnos.

También me gusta mucho el ejemplo de Juan Manuel Cotelo que hizo películas como“La última cima” o“En tierra de María”. Cuando empezó la pandemia tuvo la idea de hacer un canal de catequesis para niños en Youtube. Luego hay varios canales de Youtube relacionados con el mundo católico que están bastante bien. Sin embargo, nos falta en general ese “plus” de calidad. 

El mundo de las redes sociales cambia constantemente, el famoso algoritmo que trae a todo el mundo de cabeza, que hace que tengamos que estar todo el tiempo en alerta, aprendiendo, cambiando las formas de dirigirnos al público. ¿Qué es ahora tendencia? 

Ahora en realidad yo diría que está todo muy diversificado. Al final, más que en la tendencia, se trata de fijarnos en cómo comunicamos las cosas y para eso tenemos que quitarnos complejos, querer, con nuestro talento, transmitir nuestra fe a los demás y prepararse no solamente desde el punto de vista técnico, sino desde el punto de vista de que tú mismo estés convencido de los que haces y de lo que dices y que seas capaz de transmitirlo. Al final, las tendencias son tendencias, pero lo más importante es la autenticidad y que la gente cuando te ve o cuando te escucha entienda que los haces de corazón, que sale de ti, que es un entusiasmo nato el que tienes y que de ese modos conectes, porque la técnica o las tendencias son algo que va a variar.

¿Qué consejos podrías dar a esas parroquias, colegios o instituciones que están intentando moverse en este ámbito; hacer sus pinitos cuanto a los vídeos, y comunicar en redes sociales o audiovisual?

Se puede grabar directamente con el móvil y después, hay dos cosas fundamentales que siempre se nos olvidan que son: estabilizar –que no cojamos el móvil con la mano, que por lo menos compremos un trípode que hoy por hoy son baratísimos–y después el sonido es muy importante, hay que grabar con algún tipo de micrófono que también hoy han bajado mucho de precio. Con esas dos pequeñas cosas ya podemos ganar bastante en calidad, y después tener cuidado con la iluminación. Tenemos que fijarnos en lo que nos gusta de otros videos, e intentar emularlos. Al principio nos costará mucho hacer cosas demasiado espectaculares, pero todo esto es un aprendizaje como cualquier cosa en la vida. 

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