«El aceite de Dios que la Iglesia prensa en la almazara de los sacramentos»

Publicado el 12/04/2022
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«El aceite de Dios que la Iglesia prensa en la almazara de los sacramentos»

Un año más, en martes santo, tuvo lugar la celebración de la Misa Crismal en la Catedral de Oviedo.

Presidida por el señor Arzobispo, Mons. Jesús Sanz Montes, contó con la presencia de un gran número de presbíteros diocesanos, ya que en el transcurso de la celebración renovaron sus promesas sacerdotales. Después, el Arzobispo bendijo los santos óleos, que el propio D. Jesús definió como «el aceite de Dios que la Iglesia prensa en la almazara de los sacramentos y la gracia con que fortalece nuestra frágil condición en el combate que a diario libramos contra las fuerzas del mal». «Así comenzábamos pidiéndolo el miércoles de Ceniza –recordó– y que ahora retomamos en el corazón de la Semana Santa. Con los Óleos consagrados que la Iglesia hoy nos ofrece, acogeremos a nuestros catecúmenos para ungirlos en el bautismo y la confirmación, para consagrar las manos de nuestros presbíteros y la cabeza de nuestros obispos, para untar en el dolor de los enfermos el alivio de la ternura que nos sostiene con esperanza».

«Pero en esta Misa Crismal –dijo a continuación–  tiene lugar también la renovación de nuestras promesas sacerdotales, en un verdadero gesto de comunión eclesial en nuestro presbiterio. Son aquellas promesas que hicimos en el día de nuestra ordenación sacerdotal delante de nuestro obispo y ante el pueblo santo de Dios. Ante este mismo Dios y ante este mismo pueblo, hoy nosotros, sacerdotes, haremos nuestra renovación».

«Gracias por estar ahí –afirmó D. Jesús al finalizar su homilía– en la brecha de este tiempo con todas sus encrucijadas, con sus temporales y también con sus consuelos. Gracias a los más jóvenes para que no perdáis la ilusión, a los ya maduros para que sigáis creciendo en entrega y confianza, a los ancianos por el testimonio precioso de vuestra fidelidad diaria. Encomendamos a los sacerdotes enfermos y a todos nuestros mayores. Gracias de corazón, perdón si en algún momento no llego a lo que y a los que debería llegar».

Homilía completa

 

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