Una mirada diferente al patrimonio artístico

Publicado el 04/02/2018
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Una mirada diferente al patrimonio artístico

Álvaro Otonín Aldasoro tiene 18 años y cursa el primer año del grado de Conservación y Restauración de Bienes Culturales en la Escuela Superior de Arte del Principado de Asturias en Avilés. Su pasión por el arte, y sobre todo el sacro, le ha acompañado desde siempre y hace un par de años decidió compartirla a través de las redes sociales, escribiendo un blog en el que da a conocer, de manera bien documentada y con fotos muy cuidadas, las capillas e iglesias ovetenses. La mayoría son muy desconocidas o incluso sabiendo de su existencia en su página, iglesiascapillasoviedo.blogspot.com, se pueden descubrir detalles y auténticas obras de arte que de otro modo pasarían desapercibidas.

La idea de crear este blog nació en la capilla de su colegio, el Auseva, “en los recreos me acercaba, hacía fotos e investigaba. Me parecía un lugar genial porque tenía mucho interés artístico”. Este fue el punto partida de su labor que en ocasiones se encuentra con dificultades en el acceso a algunos templos, como pueden ser los que están en los colegios, o en la búsqueda de documentación. “He co-menzado por ir aquellos lugares en los que tengo más posibilidad de visitar y una vez allí pregunto a quien pueda tener información sobre ellos, pero principalmente investigo por mi cuenta. La documentación está muy dispersa y por ejemplo, en el caso de las capillas de los colegios hay que ir al archivo del centro”.
Su recorrido en estos años le ha llevado a acercarse a capillas que “son verdaderas joyas como la del hospital antiguo o la de la Cadellada, que tiene pinturas de Paulino Vicente. Otras están en los colegios, como la del colegio de la Milagrosa que es del arquitecto Saenz de Oiza”. Pero no solo las más escondidas merecen una visita, también hay iglesias muy frecuentadas de las que Álvaro destaca un patrimonio artístico que no siempre se reconoce. “Recomendaría a todo el mundo que fuese a la iglesia de San Juan que la tenemos en el centro, abierta casi todo el día, y no nos damos cuenta de la maravilla que es. El interior es de Félix Granda, un sacerdote asturiano que era un genio, y tiene una iconografía brutal con imágenes barrocas y obras del siglo pasado que sigue siendo igual de buenas. Es un gran ejemplo de combinar lo más antiguo y lo más moderno”.
El destacar la calidad de las obras, no solo cuando son de tiempos pasados sino también las más contemporáneas, es una de las reivindicaciones de Álvaro. “Hay que saber ver el arte y mirar más allá, no tener la idea preconcebida de que tiene que ser barroco o prerrománico para que sea bonito y valorarlo”. Y pone un ejemplo muy clarificador con la iglesia de Ventanielles, con la que se puede caer en el prejuicio de considerar que no tiene demasiado interés y en cambio “allí se puede ver el trabajo de Antonio Suárez, un buen pintor, reconocido y moderno, pero su obra en iglesias de mosaicos y vidrieras apenas se conoce”.
Poder restaurar esas vidrieras sería uno de los proyectos que le gustaría realizar cuando acabe sus estudios, porque entre los objetivos que se plantea en su futuro está el rehabilitar obras de artes más desconocidas pero que también merecen ser valoradas y, por otro lado, la edición de un libro sobre las capillas e iglesias ovetenses.
Mientras ese momento llega ha realizado una publicación sobre la iglesia parroquial de Santo Tomás Apóstol de Latores y la ermita de Santo Medero, en la que se repasa su arquitectura, imágenes, objetos litúrgicos, lo que da como resultado un interesante y elaborado recorrido por su historia. No en vano la publicación tuvo muy buena acogida entre los feligreses.
En este proyecto contó con la colaboración de su párroco Julián Herrojo, la que le permitirá también llevar a cabo esa misma idea con la iglesia del Cristo de las Cadenas. Para ello ha investigado el santuario anterior que se destruyó en la guerra: “me gusta ir a los detalles y que así te puedas imaginar cómo eran exactamente esas capillas o iglesias. En ese sentido investigué sobre el convento de San Francisco, que estaba en el sitio que ocupa la Junta General y que era una iglesia muy grande; la podemos comparar con San Isidoro, también con retablos. Quedan pocas cosas de ella en el museo arqueológico y hay una imagen de una Inmaculada que está en la iglesia de Caces y nadie sabe que viene de ahí.  Había interés en ocupar el espacio de esa iglesia, que estaba muy mal conservada, y así se hizo y a nadie le preocupó. Ahora pensamos que fue una equivocación porque era gótico, pero tampoco en este momento valoramos siempre lo que tenemos”.
Con su blog, Álvaro pone de su parte, con esfuerzo y dedicación, para que esto no sea así; mostrando y descubriendo a quienes le leen iglesias y capillas que merecen una visita y reivindicando que se cuide más el gran patrimonio artístico que se posee. Y todo ello con especial atención a la liturgia y al matiz cristiano desde el que aborda su labor, “en las fotos quiero que se vea un interés por lo litúrgico, que quede propio y digno. Si no se mira desde el punto de vista cristiano no lo puedes ver en su conjunto, te pierdes muchos significados”.

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