La Santa Basílica Catedral de San Salvador, de estilo gótico, es conocida también como la Sancta Ovetensis, refiriéndose a la calidad y cantidad de las reliquias que contiene, puesto que en ella se encuentra la Cámara Santa, una capilla construida por el rey Alfonso II El Casto en el siglo IX para albergar las reliquias encontradas en el Arca Santa, entre las que destaca el Santo Sudario, que se corresponde, según la tradición, con el lienzo que fue colocado sobre el rostro de Jesucristo en el descendimiento de la cruz, hasta su definitivo entierro. El Santo Sudario se muestra al público en la Catedral tres días al año: al finalizar la celebración de la Pasión del Señor el día de Viernes Santo; el 14 de septiembre, fiesta de la exaltación de la Santa Cruz y comienzo del Jubileo de la Santa Cruz –llamado también Perdonanza– y el día de San Mateo y clausura del Jubileo, 21 de septiembre.
Por este motivo, la Catedral de Oviedo es meta de peregrinos desde antaño. En ella se inició el Camino de Santiago en tiempos del antes mencionado rey Alfonso II El Casto y de ahí el dicho “Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y olvida al Señor”.
En ella destaca, además de la Cámara Santa, el Retablo Mayor, iniciado en 1512 por Giralte de Bruselas, por encargo del obispo Valeriano Ordóñez de Villaquirán. Tiene un estilo tardo gótico, hispano-flamenco, y muestra la vida de Cristo, como una obra de arte que nació con la finalidad de iniciar en la fe a la gente humilde, que no sabía leer.
En el cuerpo central destacan tres escenas que sobresalen de entre las demás: la Crucifixión, la Asunción de la Virgen María y Cristo en majestad, que resumen todo su mensaje. Por otra parte, el Claustro de la Catedral de Oviedo es toda una joya del gótico español, así como la torre, que se concluyó en el año 1587.
