«Las sectas están a la puerta de nuestra casa»

Publicado el 13/09/2018
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«Las sectas están a la puerta de nuestra casa»

Entrevista con Luis Santamaría del Río, miembro fundador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas. Ha impartido un curso en esta SDF así como la conferencia inaugural de esta nueva edición, con el título: “Patricia vuelve a casa. Las sectas siguen aquí. ¿Qué podemos hacer?”

Las sectas son un fenómeno que nos parece muy ajeno pero realmente están más presentes y cercanas de lo que nos imaginamos, no sólo en nuestro país, también en Asturias.

Sí, la realidad de las sectas está ahí, a veces la seguimos sólo a través de los medios de comunicación,  cuando  hay  alguna   tragedia –que hace muchos años que no hay, gracias a Dios– cuando hay algún caso como el de la chica de Elche, Patricia Aguilar, que fue captada recientemente y rescatada, pero en realidad las sectas están ahí: en las farolas, en las paredes, los carteles de anuncios, en muchos tipo de tiendas en las que se cuela todo esto de lo natural, lo holístico, alternativo, etc. Ahí están presentes, y también aquí en Asturias por supuesto.

Con la generalización de internet y las redes sociales, ¿las sectas se han modernizado para estar presentes en estas plataformas?

Lo cierto es que internet y las nuevas tecnologías han supuesto un escaparate impresionante para todas las sectas, y no sólo para exponer cosas, sino para interactuar con la gente. Para cualquier persona que está pasando un momento de debilidad, que lo está pasando mal, las sectas van a estar ahí y, en las redes sociales, donde hay mucha gente que pasa muchas horas, es fácil que descubran qué intereses tiene la persona, por dónde se mueve, y cuál es el producto ideal que pueden ofrecerle etc. Y esto es para todos, no sólo estoy pensando en adolescentes y jóvenes, sino toda la población. Todos tenemos las sectas en la puerta de casa. Si me preguntan: ¿Las sectas están en Asturias? Diría: sí, porque en Asturias tenemos internet, entonces nos llegan hasta dentro de nuestra propia casa.

¿Cuáles son las sectas que hoy por hoy son más comunes y que sin embargo pasan más desapercibidas?

Las que menos pinta tienen de secta. Cuando pensamos en una secta se nos vienen a la cabeza grupos con una característica religiosa, como los Testigos de Jehová, los Mormones o los Hare krishna, es decir, aquellas que nos suenan de los años 60 y 70. Pero hoy en día nos encontramos con muchos grupos que no tienen siquiera apariencia de grupos, gente que sigue una determinada filosofía de vida, que hace algún ejercicio como yoga, meditación, o que practica el mindfulness, que está tan de moda ahora. Son grupos donde sus miembros no tienen una adscripción porque no siguen a una persona determinada y sienten que hacen lo que quieren y acuden a estos centros a las horas que les vienen bien, sin un horario concreto. Sin embargo, sin darse cuenta, están tejiendo unas relaciones sectarias y unas dependencias muy grandes que están dando como resultado la ruptura de muchas familias y haciendo daño a muchas personas.

¿Existe un perfil del captado, de las personas que caen en las sectas con más facilidad ?

No existe un perfil. Puede haber gente que tenga más posibilidades que otras, personas que por elementos digamos “negativos” –co-mo una baja autoestima, dificultades en las relaciones, etc.–, o en cambio por elementos más “positivos” –personas idealistas, que no se conforman con lo normal y lo material, con una profunda espiritualidad etc.– todas estas personas es más fácil que una secta las capte. Pero en realidad cualquiera de nosotros, y me incluyo yo, si las sectas o el captador sectario nos pillan en un momento de crisis, de debilidad, de estar pasando un duelo, haber pasado una enfermedad, tener un fracaso, una ruptura, que se rompa nuestra familia etc. ahí somos muy “captables” y muy influenciables por muchos tipos de manipuladores.

Es más difícil detectar una secta cuando se trata de grupos que se presentan “disfrazados” de católicos.

Sí, puede haber grupos que funcionan con esta dinámica y que tengan esta apariencia, que a veces es simplemente parafernalia católica o cristiana con imágenes como el Sagrado Corazón de Jesús o la Virgen de Fátima, cosas muy tradicionales y muy clásicas. Pero ojo que para eso está la Iglesia también, marcando qué cosas están permitidas y qué no. Hay que tener mucho cuidado porque siempre nos van a atraer con cosas positivas, con cosas buenas, que nos gustan y nos parecen apetecibles, y uno se plantea: ¿cómo va a ser esto una secta si yo veo que aquí hay amor, hay transparencia? En el caso de las sectas, siempre hay una trastienda.

¿Cómo afronta la Iglesia católica el mundo de las sectas?

La Iglesia en sus documentos no lo presenta tanto como un problema, un peligro o una amenaza –que lo son–, sino que habla más bien de “desafío”. ¿Por qué hay sectas? ¿Por qué hay personas a las que no les llega nuestro mensaje y sin embargo sí hacen caso a las sectas? Y esta pregunta es aún más dolorosa: ¿Por qué hay personas que eran católicas, que conocían la verdad de Jesucristo, y sin embargo se han ido de la Iglesia para entrar en uno de estos grupos? ¿Qué es lo que pasa aquí? Puede culparse a la sociedad, a la persona y a la propia secta, por supuesto, pero también hay que hacer autocrítica y saber qué estamos haciendo mal para no prevenir y no fortalecer a nuestra gente, y no sólo a los católicos, ya que nuestro mensaje va dirigido a todos. ¿Cómo enfocamos nuestra relación con Dios, nuestras relaciones eclesiales, nuestra formación, nuestra liturgia, nuestra religiosidad popular…?

En la charla inaugural de la Semana Diocesana de Formación, partía del caso de Patricia, la joven de 18 años que fue rescatada en Perú de una secta que la tenía casi en régimen de esclavitud. ¿Qué pasa con nuestros jóvenes, qué tipo de religiosidad tiene más éxito entre ellos?

La que menos pinta tenga de religioso, desde luego. Debido a la secularización, todo lo que suene a Iglesia o a religioso, les echa para atrás. Sin embargo todo lo oculto, los enigmas, los misterios, la filosofía, les llega mucho, y también lo que suponga meditación y paz interior: estamos en un mundo loco y hay que entender que si a uno le ofrecen algo de paz y de bienestar, pues se va a ir corriendo. Todo lo que les aporte a los jóvenes respuestas a preguntas que se hagan, de cualquier tipo ahí va a tener un nicho entre ellos importante, pero siempre desde lo espiritual y religiosamente difuso.

¿Dónde se puede leer y obtener información si se tienen dudas o sospechas sobre estos temas?

Buscando en internet simplemente la Red Iberoamericana de Estudios de las Sectas, a la que pertenezco, tenemos perfil en Facebook y en Twitter, dos blogs –uno en el portal Infocatólica–, un montón de información y de artículos que dan respuestas a muchas preguntas que nos hace la gente, hacemos un programa quincenal en Radio María los sábados por la tarde… es decir, hay un montón de información y formación de las que la gente se puede aprovechar directamente por internet.

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