«Somos una gran familia contigo»

Publicado el 17/11/2017
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xtantos 1El pasado domingo, día 12, la Iglesia en España celebraba el Día de la Iglesia diocesana, con un lema “Somos una gran familia contigo”, que buscaba recordar a los católicos la importancia de aportar tiempo, cualidades o donaciones económicas para el sustento de la Iglesia, pues necesita de la ayuda de todos para poder realizar su labor. En el caso de nuestra diócesis, una gran parte de parroquias asturianas celebrará este próximo domingo esta campaña, por continuidad con años anteriores, donde tenía lugar el tercer domingo de noviembre.

Con este motivo, el martes se desarrolló en el Aula Magna del Seminario de Oviedo una sesión de formación permanente para sacerdotes con el sugerente título “Mitos y verdades de la financiación de la Iglesia en España”, a cargo del equipo del Secretariado para el sostenimiento de la Iglesia de la Conferencia Episcopal Española, con su director, Miguel Ángel Jiménez Salinas, y dos colaboradores, Chema Martínez y María Pellicer.
Se trataba, tal y como señalaba en su presentación el ecónomo diocesano, Antonio Nistal, de recordar que “como en tantas otras cosas, la Iglesia tiene el mejor mensaje que se puede comunicar, el anuncio del Evangelio, pero también toda la labor asistencial que realiza a través de las parroquias en los lugares más recónditos de nuestra geografía, su labor educativa o de conservación de nuestro patrimonio histórico y cultural, por ejemplo. Se trata de una tarjeta de presentación sin igual. Pero quizá nos faltan herramientas o modos de comunicar todo lo bueno que hacemos, y con frecuencia nos cuesta encontrar respuestas a las preguntas que nos hacen desde distintos ámbitos. Por eso –reconoció el ecónomo– es muy interesante esta intervención de los responsables del portal XTantos de la Conferencia Episcopal Española”.
La campaña XTantos nació a raíz de la modificación en el sistema de la asignación tributaria, firmada por el estado español y la Santa Sede en diciembre de 2006. “En aquel momento –explicó en su intervención Miguel Ángel Jiménez Salinas– la Iglesia dejaba de tener una asignación en los Presupuestos Generales del Estado, el porcentaje que le correspondería en la Declaración de la Renta aumentaba del 0,5 al 0,7%, y la Iglesia empezaba a pagar el IVA en todas sus compras. Este cambio provocó que los obispos encargasen a este Secretariado que hiciera una campaña de comunicación para movilizar a los ciudadanos, pues a partir de ese momento tendrían que comenzar a colaborar en la financiación de la Iglesia. Era la primera vez que la Iglesia hacía publicidad”.
Comenzó así una gran labor de comunicación donde se trataba de transmitir a los fieles y todos los ciudadanos españoles que estuvieran a favor de la labor de la Iglesia, que marcar la X en la casilla de la Iglesia Católica en la Declaración de la Renta no le cuesta más al contribuyente, ni le devuelven menos, y de esa manera se ayuda al sostenimiento de la Iglesia. 
Los medios de comunicación y las redes sociales juegan un papel fundamental en esa labor de movilización de la gente y de transmitir un mensaje que, si bien aparentemente es claro, se ve empañado con demasiada frecuencia de afirmaciones incompletas, erróneas o enteramente falsas.
Por eso, desde la Conferencia Episcopal se apoyan en todas las herramientas disponibles para llevar lo más lejos posible un mensaje que reconocen que va mucho más allá de animar a las personas a marcar la X: “No podemos limitarnos a pedir dinero, sino que nuestra mirada tiene que ser más amplia –señaló Miguel Ángel Jiménez–, por eso nuestro lema este año para el Día de la Iglesia diocesana es Somos una gran familia contigo, porque queremos transmitir esa calidez de que todos juntos llevamos adelante la misión de la Iglesia. Y para ello hay que movilizar corazones, crear lazos afectivos, tenemos un horizonte amplísimo”.
“Existe la creencia muy arraigada en la gente de que la Iglesia no necesita dinero” –afirmó María Pellicer, asesora de XTantos. “No hay cultura en España de colaboración con la Iglesia, más allá de poner algo en el cepillo los domingos o marcar la X. Sin embargo, lo que son donaciones o suscripciones periódicas, que es lo que puede ser interesante para que algo se pueda mantener y tenga un futuro claro y sostenible, muy poca gente lo hace”. Para esta experta en Márketing, está muy extendido el pensamiento de que la Iglesia tiene privilegios y mucho dinero por su patrimonio, “y por eso es fundamental poder ofrecer información veraz y que la gente conozca la historia de la financiación de la Iglesia en España, que ha pasado por momentos muy diferentes, y que pueden conocerse a través de los vídeos que hemos preparado este año sobre la historia de la financiación de la Iglesia o los mitos que existen sobre su sostenimiento, y que pueden verse en el portal www.xtantos.com”. Un material, tal y como señalaron en la charla, especialmente útil para ser proyectados en consejos económicos parroquiales, grupos de catequistas o de adultos. 
x tantos 2“Actualmente –señaló María Pellicer– la Iglesia se financia exclusivamente de lo que los contribuyentes deciden al marcar libremente la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta. La Iglesia paga el IVA en todas sus compras y además se compromete a presentar una memoria anual de actividades, explicando detalladamente el destino  de  sus  fondos.  A  día  de  hoy –afirmó– el 25% de los ingresos de la Iglesia llegan a través de la asignación tributaria que han marcado los contribuyentes libremente, el resto de los ingresos, hasta el 75%, responden a donativos, colectas, suscripciones periódicas, herencias o legados, etc.” 
Este autosostenimiento implica, por parte de los católicos, responsabilidad, involucración y concienciación.
Y todo ello es posible conseguirlo a través de la información y la formación. “La gente necesita información –afirmó María Pellicer–. Quiere saber a dónde van sus donativos. Necesitan saber qué necesidades hay y a dónde pueden ir sus ayudas, y para eso, el portal Xtantos es un sitio fantástico donde está todo detallado, y donde se puede consultar la labor de la Iglesia, las campañas, los vídeos. Por supuesto, también son de gran utilidad la web de la CEE y específicamente su Portal de Transparencia, donde se ve al detalle cómo se destina el dinero que se recibe por el IRPF, además del Portal de Donativos www.donoamiiglesia.es, una herramienta más moderna, y que permite hacer una donación on line a cualquier parroquia de España”.
A estas vías de información digitales, junto con los periódicos que una vez al año se entregan en las diócesis y se reparten en las parroquias para dar a conocer las cuentas de la Iglesia y la labor que lleva a cabo, se unen las redes sociales –Xtantos está presente en Facebook, Twitter, Instagram y Youtube– repletas de información para ser compartida por los demás usuarios. 
Todo ello busca llenar ese vacío de información que en ocasiones surge como respuesta a mitos o falsedades extendidas en torno a la financiación de la Iglesia, porque, como afirmaba Chema Martínez, “no hay nada más triste que un cristiano practicante reconocido por sus amigos, que se queda callado ante cualquier afirmación falsa sobre la financiación de la Iglesia. La batalla –afirmó este colaborador de XTantos– se gana en los bares, porque es ahí donde los mitos nacen, se reproducen y mueren. Y no debe haber un silencio como respuesta”.

Grandes mitos sobre la financiación de la Iglesia en España 
1.–La Iglesia recibe dinero de los presupuestos generales del Estado. Falso. No los recibe; sí lo hacía antes del año 2006. La Iglesia católica solo recibe lo que libremente aporta la gente marcando la X en la declaración de la renta. Si nadie la pusiera, la Iglesia no recibiría nada.
2.–La Iglesia recibe 11.000 millones del Estado. Falso. Esa cifra procede de un estudio que reúne indiscriminadamente y sin ningún tipo de filtro todas las cantidades que reciben diferentes instituciones de la Iglesia. Se mezclan centros como colegios, residencias u hospitales, que reciben una cantidad del Estado por ser precisamente colegios, residencias u hospitales, pero no por ser católicos, sino por la labor que desempeñan. Por tanto, esa cifra es errónea y no se corresponde con la realidad.
3.–La Iglesia tiene privilegios fiscales. Falso. La Iglesia no tiene privilegios ni ninguna ley escrita ad hoc para ella. En el año 2002 se aprobó la Ley de Mecenazgo, donde se regulaba la fiscalidad de la Iglesia y de todo el tercer sector. Es una ley para asociaciones, fundaciones u organizaciones, entre las que se encuentra la Iglesia. De la misma manera, la Iglesia no paga el IBI de los edificios destinados a su actividad propia, al igual que tampoco lo hacen otras muchas ONG o instituciones, en virtud de esta ley citada.
4.–La Iglesia solo da el 2% de su dinero a Cáritas. Falso. En torno al 65% de los recursos de Cáritas provienen de la Iglesia. Existen 70 Cáritas diocesanas y unas 6.000 Cáritas parroquiales. Su dinero procede en su mayor parte de colectas, voluntariados, legados, etc. que realiza el pueblo de Dios. Que la CEE destine como donativo extraordinario anual un 2% de lo recaudado cada año, no significa en absoluto que la Iglesia sólo destine esa cantidad.
5.–Todo el dinero que se recauda al marcar la casilla de la X en la Declaración de la Renta va a parar a los sacerdotes. Falso. Con ese dinero efectivamente se paga la Seguridad Social del Clero, pero no únicamente, como se puede comprobar.
6.–La Iglesia tiene una posición preferente en Hospitales y Centros Penitenciarios. En la Constitución  Española se reconoce el derecho de la atención religiosa de las personas enfermas o privadas de libertad. Al ser este país de mayoría católica, es normal que este derecho de los ciudadanos esté regulado por unos acuerdos que son totalmente transparentes y pueden consultarse en la página web de la CEE.
7.–La Iglesia ha robado con las inmatriculaciones. Falso. Todo propietario ha de poseer un título de propiedad, algo que no existía cuando se levantaron la mayor parte de los templos religiosos. La Iglesia se limitó a cumplir con la ley hipotecaria del año 1998, que establecía que todos los bienes que no tuvieran título de propiedad debían ir al registro a inscribirlos.

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