El reto de las parroquias en actitud de salida

Publicado el 22/09/2017
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A.C.1Alrededor de un millar de personas de toda España se dieron cita este verano en Santiago de Compostela para asistir a la Asamblea de la Acción Católica General que llevaba por título “Encuentro de laicos de parroquia”.  Se trataba de un encuentro de carácter excepcional, pensado, no sólo para los miembros de la Acción Católica, sino para todos los cristianos que viven su fe en las parroquias sin pertenecer a ningún tipo de asociación, o que forman parte de movimientos y realidades de Iglesia diversas. Tuvo lugar del 3 al 6 de agosto, y su carácter abierto, así como el apoyo explícito que la Conferencia Episcopal Española hizo del mismo para impulsar la participación, hizo de la Asamblea un interesante foro de debate sobre el papel que deben tener los laicos en la Iglesia.

Previo a esta Asamblea, unos mil doscientos jóvenes se pusieron en marcha para hacer el Camino de Santiago desde Tui. Era una actividad complementaria a ésta, y al finalizar, en Santiago, quienes así lo consideraban,  podían continuar participando en la Asamblea, o regresar a sus lugares de origen. Concretamente, la iniciativa del Camino de Santiago puso en marcha a un centenar de jóvenes asturianos, de los que unos cuarenta pertenecían a la Acción Católica, y alrededor de sesenta a diferentes parroquias como San Pablo de la Argañosa, en Oviedo, o las UPAP de Laviana y de Cangas del Narcea.
La Asamblea partió de cuatro retos, tal y como explica David Roces, responsable de Juventud de la Acción Católica en la diócesis: “parroquias en actitud de salida; generar una cultura vocacional que vaya más allá de la vocación al sacerdocio y la vida religiosa; la presencia pública de los laicos para santificar el mundo, y caminar juntos entre todos, visibilizando la comunión en la Iglesia”. 
El último día de la Asamblea se dedicó a votar una serie de objetivos, que se concretaron dentro de los ámbitos de la espiritualidad, misión, formación y organización. “A lo largo de esos días en Santiago se destacaron algunos puntos –afirma David Roces– especialmente encaminados a generar parroquias en actitud de salida y de acercarse a realidades que están alejadas de nosotros, procurando no quedarnos en la comodidad de nuestras parroquias y permanecer anclados, sino yendo en la línea de la comunión, participando en todas las actividades que nos propone la diócesis junto con el resto de asociaciones y de laicos. Apostamos por cultivar y vivir, desde la fuente parroquial y diocesana, un encuentro con Cristo que lleve a una espiritualidad laical que forje discípulos misioneros, y también, en el ámbito de la formación, queremos ofrecer a las parroquias un itinerario formativo en el que estamos todavía trabajando, pero que abarca desde la etapa de la catequesis, hasta la vida adulta”.
Se trata de unos materiales que se están trabajando desde la sede central, en Madrid, y que su implantación en las parroquias que lo deseen no pretende “generar socios, ni personas con carnet, sino que son una propuesta para que los laicos de parroquia puedan formar equipos de vida, y que desde ahí se sientan enviados a diferentes ámbitos como podría ser la catequesis, la liturgia, o cualquier otro, pero que tengan siempre un grupo donde crecer, vivir la fe y compartir las dificultades”. Unos materiales que, en Asturias, ya se están trabajando en parroquias como la de La Corredoria, de Oviedo, o la de San Pedro de Pola de Siero, y que han sido presentados en el consejo arciprestal para que cualquier parroquia pueda utilizarlos.
La experiencia del Camino de Santiago, por su parte, resultó especialmente enriquecedora.  “Llegar a los jóvenes supone hoy en día todo un debate en la Iglesia y especialmente en el ámbito de la pastoral juvenil –destaca el responsable de Juventud de la Acción Católica diocesana–. Hoy en día hay muchas propuestas y en todas ellas nos estamos fijando y estamos atentos viendo qué hacen los demás. Pero observamos que muchas veces la experiencia de los propios jóvenes es definitiva para llegar a sus coetáneos, que llegan más fácil a ellos que los adultos. Si los propios jóvenes invitan a otros jóvenes, éstos pueden tener un encuentro personal con Cristo que les lleve a engancharse a esto y a seguir. Lo mismo pasa con los niños”. “En concreto, la experiencia de este Camino de Santiago ha sido muy interesante porque nos encontramos con chicos y chicas que ya han manifestado el deseo a sus catequistas de seguir en contacto con la Acción Católica y participar en otras actividades –reconoce David Roces–. Para ellos ha sido muy importante ver, conocer y convivir, en medio de esta sociedad tan secularizada, con chicos que viven y piensan como ellos, que tienen la misma fe. Eso les refuerza y les anima”.
Finalmente, este pasado fin de semana se celebró una Asamblea diocesana de la Acción Católica donde se evaluó el curso pasado, se pusieron en común las conclusiones de la Asamblea de Santiago y del Camino con los jóvenes, y se hicieron propuestas para el nuevo curso, marcando los objetivos en sintonía con los de la Asamblea General. 
“La Acción Católica General es aún un proyecto joven, pues venimos de una renovación importante, y aún lo tenemos que seguir afianzando –reconoce David Roces–. Hay que seguir dando pasos para cambiar determinadas sinergias que, quizá teníamos en el pasado, pero siempre con la alegría de descubrir este nuevo proyecto para presentarlo a los demás”. 

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